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Juan López Torres me recibe en su taller de Poble Nou. Lleva puesta una chaqueta de la colección Blocktech de Uniqlo, resistente al agua y cortavientos. HAV Surfboards -negocio que regenta junto a su socio Andrea Marzeddu- se encuentra en la segunda planta de un edificio con aires industriales de grandes ventanales. Los rayos de sol sobrepasan los cristales e inciden sobre una hilera de tablas de surf, como si de olas se tratara. Juan tiene la mirada franca y sus pupilas desprenden la fuerza de todos los océanos que ha surcado con su tabla de surf. Este barcelonés de padres sevillanos creció en Horta en los 80, cuando «bajar a Barcelona era una excursión hasta plaza Urquinaona, y parecía que estuvieras en otra ciudad», comenta. Y añade: «Yo me he criado en mi barrio, con lo que supone pertenecer a una familia andaluza, donde perteneces a una piña. De Horta no salí hasta los 16 años, y cuando llegas al centro de la ciudad no te lo crees. Hablo de 1990, antes de las Olimpiadas, cuando mi barrio no estaba ni asfaltado, los parques eran de piedra y las calles de barro.» Habla de su ciudad con el mismo amor con el que acaricia las estructuras de las tablas que fabrica a mano para una sus clientes. Con él hablamos de la ciudad que le vio crecer, de la devoción que siente por el surf  y sus ganas de trasmitir a los demás su pasión por este deporte a través de sus tablas.

El surf es un deporte competitivo y un estilo de vida

¿Es Barcelona la ciudad ideal para los amantes del deporte?

Sí, tenemos mucha suerte. Vivo pegado a la falda de Collserola y, además de surf, practico bicicleta de montaña y creo que es una suerte como un castillo poder salir y en cinco minutos tenerlo todo, a pesar de vivir en una ciudad tan grande como Barcelona. 

Veo que te encanta tu ciudad. ¿Has vivido en otros lugares?

En 2001 viví un año en Ibiza, trabajaba en el aeropuerto. También estuve un tiempo en Utrech (Holanda) y otro en Madrid. Trabajo desde que tenía 15 años. No he tenido esta sensación de querer ir a otros lugares a vivir; siempre he sido de una familia muy obrera, y he compensado el esfuerzo dándome los placeres que en ese momento me gustaban, léase tener una moto, ir a surfear un mes a Indonesia, o comprarme una bicicleta nueva de montaña.

Estamos viviendo un auge del surf, como bien demuestra la plena forma en la que se encuentra HAV Surfboards, pero gente como tú nos demuestra que es una práctica que lleva ya tiempo ahí… 

Los pioneros del surfing en Catalunya datan de los años ’95 ó ’96. Estamos hablando de gente que hoy en día tiene casi 50 años. Por aquel entonces, no había material ni tiendas, y lo más cercano que podíamos encontrar era el windsurf, ya que habían varios clubs en los que se practicaba. No obstante, aquí empezamos más tarde, puesto que el surfing llegó en España durante los años ’70 en el País Vasco con la apertura al resto del mundo.

¿Es el surf es una forma de vida?

Sí. Cuando me di cuenta de lo que se podía hacer en el agua con una tabla, llevaba diez años en la montaña escalando: ¡era un montañero nato desde pequeño! Pero cuando descubrí el surf se me olvidó todo el resto y envolví mi cabeza en las olas. Me envenené y empecé a querer más, a indagar y a reparar tablas. Más tarde me hice algunas yo mismo, después otras para mis amigos… Y el resto creo que está claro.

Cerramos la carpintería familiar, tenía que cambiar de trabajo y no sabía qué hacer, entonces empecé a fabricar tablas de surf

¿Cuáles crees que fueron las principales influencias del surf en España? ¿Y las tuyas?

Californianas, puras y duras. Chicos que llegaron ahí y vieron que había olas, y volvieron con las tablas para surfear. Yo empecé en 2007, gracias a un viaje en furgoneta con mi pareja al País Vasco. Ahí me entró curiosidad. Lo había visto aquí, ya sobre el 2002, pero entonces tenía 22 años y me había llegado a reír; los surfers me parecían locos en el agua, ¡y además aquí no hay olas! Ahora debo comerme mis propias palabras, porque mi vida cambio totalmente con el surfing.

Ahí descubriste qué es luchar contra los elementos en el agua. ¿Cuándo empezaste a hacer tablas para combatirlos? 

Siempre trabajé en la construcción, tenía una carpintería familiar, pero la cerramos y me quedé sin oficio. No sabía muy bien qué hacer, excepto salir a hacer surf -eso tenía claro que sí me gustaba-. Rompía muchas tablas y, como cada vez que iba a arreglarlas me pegaban un palo que me dejaban seco, empecé a hacerlo yo mismo. (risas)

El surf es puro masoquismo. Te levantas a las seis de la mañana para hacer dos horas y no sabes ni lograrás la recompensa

Y decidiste iniciar la aventura de Hav Surfboards junto a Andrea, tu socio. 

Eso fue a principios de 2014, fue muy heavy. La primera semana que estábamos él y yo en el taller, vendimos 15 tablas y no habíamos hecho ninguna, tuvimos que espabilar.

¿Empezasteis a hacerlas por encargo?

Sí, siempre, nosotros no hacemos stock. Solo trabajamos por encargo. A día de hoy, al mes generamos entre 20 y 25 tablas aproximadamente. Con esto podemos vivir yo y mi socio, pagamos el taller, nuestros autónomos y tenemos un chico que nos ayuda con las reparaciones. Son todas hand made, las hacemos a mano, con lo cual es un proceso un poco más largo.

Mi experiencia con Blocktech de Uniqlo ha sido realmente muy buena. El material que llevo fuera del agua es importante para mí

¿Cuántas tablas tenéis patentadas en vuestro catálogo? ¿Qué las hace únicas?
Ahora mismo tenemos 10 modelos, aunque también trabajamos en encargos más específicos. No obstante, lo que podemos decir es que tenemos conocimiento del entorno y que, en esta decena de tablas, puedes encontrar las distintas posibilidades para surfear en el Mediterráneo.  Aquí tenemos swell de viento y mares de fondo, lo cual se traduce en olas cortas, debido a que entre Marruecos y España hay muy poco espacio. Así que podemos decir que ofrecemos el producto perfecto para el corredor del Mediterráneo. Algunas de las tablas tienen más performance, otras menos, pero todas están pensadas para el lugar en el que estamos.

Vivir una ola en soledad o con amigos, ¿con cuál de estas dos opciones te quedas? 

El surf es un deporte competitivo, también un estilo de vida, pero no olvidemos que es un deporte. Me encanta la comunidad surfer, pero prefiero vivir la ola en soledad.

¿Cómo de importante para ti es contar con un buen equipo que te permita el movimiento?

Dentro del surf, es muy importante. Y hablo tanto en el agua como fuera de ella, ya que cuando sales por la mañana del agua necesitas un buen equipo que permita sentirte cómodo. En invierno sales tiritando, no te notas los pies en hora y media y llegas al taller resfriado. El surf es puro masoquismo. Te levantas a las seis de la mañana para meterte dos horas en el agua sin ni tan siquiera saber si habrá recompensa. Así que el material que llevo dentro y fuera del agua es muy importante para mí y para poder luchar contra las adversidades. Ahí es donde te podría decir que es un estilo de vida dentro del deporte.

¿Te ha ayudado la Blocktech de Uniqlo a luchar contra dichas adversidades? 

Uniqlo es una firma que me gustaba de antemano, la conocía gracias a su colaboración con Roger Federer, uno de sus embajadores a nivel global y al que sigo de cerca. Desde que tengo la Blocktech no me la he quitado de encima. Es una prenda muy funciona y cómoda. Si de repente hace buen tiempo, te la quitas, la pones en la mochila y ni te enteras que la llevas. Además, me encanta que, cuando tienes la cremallera subida, te coge toda la barbilla, ¡eso es perfecto para ir en moto!

Puedes descubrir más sobre el universo Blocktech de Uniqlo AQUÍ.

Puedes leer la anterior entrevista de la serie #LuchaContraLosElementos con Uniqlo a Susana Ramírez AQUÍ.

Fotografía: Dani Pujalte.
Asistente de fotografía: Arnau Bach.
Estilismo: Abraham Álvarez González.
Concepto y coordinación: Ariana Díaz y Ainhoa Gurruchaga.
Asistente de rodaje: Marta Serra.
Texto: Lucía Morales.