De todos los crossovers foodies que puede llegar a lanzar nuestra imaginación, el que fusiona bajo un mismo paraguas el competitivo mundo de los ramens y la herencia gastronómica andaluza puede que sea el más bizarro de todos. No obstante, solo es necesaria una visita a Madame Ramen para darse cuenta de que esta unión a los fogones cobra total sentido. Como ellos mismos dicen: «Recetas e ingredientes de ahí con el desparpajo de aquí». Esta taberna con ánimo de izakaya y espíritu festivo, como buena heredera que es de la cultura andaluza, se ha hecho un merecido nombre que brilla con luz propia entre las callejuelas del Raval.
Con una clara vocación casera -aquí todo se hace in house, desde la pasta de ramen hasta las salsas, pasando por su limonada natural- la cocina del Madame Ramen factura platos como el cazón de adobo coreano o el mollete de Málaga de cerdo a la cantonesa, ambas recetas que demuestran que Japón y Andalucía están más alineados de lo que nunca habríamos podido pensar. Puedes seguir picando auténticas maravillas de fusión como la croqueta de shiitake y shameshi con verduras, o las gyozas en el sentido más amplio de la palabra: de pulpo y gamba al punto cítrico, de cerdo con jengibre o de calamar y pollo. Si nos lanzamos al ramen, el ganador indiscutible es el de soja al Jerez, con carne de cerdo -char siu casero-, huevo marinado, nabo encurtido, alga nori, brotes de soja y hierbabuena. La carta también deja espacio a los pokes, el gran bienvenido a nuestra gastronomía, esa ensalada de pescado crudo que viene directa desde Hawai y que ha conquistado a miles de paladares en esta latitud.
Solo es necesaria una visita a Madame Ramen para darse cuenta que la unión japo-andaluza tiene total sentido
Lo ideal es maridar este manjar con su limonada thai o con una deliciosa ginger beer, y ponerle el punto final con postres como el helado de taro -el tubérculo de una planta poco habitual en estos lares- con yogur y granola casera, o el cheesecake de te matcha con chocolate blanco. El artífice de esta original propuesta es el andaluz Fernando Abras, que ha abierto este restaurante tras haberse formado en cocinas como las del Suculent o La Taverna del mismo, ambos a cargo de Carles Abellán.
El decorado, muy acorde con el barrio que habita, es obra de Antonio Iglesias, antiguo escaparatista de Vinçon, el mural que preside una de sus paredes viene firmado por Asis Percales y los cuadros de las madames que dan nombre al lugar son de Miguel Pacheco. Pequeños detalles que nos demuestran que en Madame Ramen, donde se puede comer por alrededor de 25/30€, todo está hecho con mimo y delicadeza. ¡Ah! Cada mediodía cuentan también con un menú ejecutivo muy acorde con la carta que facturan.