El problema de los sitios de moda es precisamente eso, que están de moda. Que nos vendan un restaurante como el sitio donde ir para ver y ser visto, mucho nos puede llegar a decir del local en cuestión. Algo que no ocurre con Maddock, un punto de encuentro donde socializar se convierte en un sofisticado arte y donde comer, que es para lo que vamos, es pura fantasía. ¿Por qué? Pues porque tan bonito es por fuera como por dentro. ¿Te vienes y echamos un ojo? F: Todas las imágenes cortesía de Maddock

Situado en el local que hace un tiempo ocupaba Wagaboo, nos topamos con Maddock, un muelle en plena Castellana (de ahí su nombre) donde darse cita si quieres comer bien, pasarlo en grande, brindar hasta que no puedas más, fichar más que por Tinder y alcanzar el síndrome de Stendhal en un pis-pas.

Un lugar donde respirar cosmopolitismo a más no poder mientras la simpatía de un servicio más que perfecto y unas propuestas gastronómicas de lo más interesantes hacen que no solo te sientas como en casa, sino que te alegres muchísimo de haber salido. Un local a dos alturas con todo lo necesario para quedar bien, vayas con quien vayas, que se juega todas sus fichas al producto de temporada, de mercado y al carbón como especialidades con las que tira a diana y arrasa.

¿Te ha sabido a poco la velada? Su DJ y sus espléndidos cócteles te darán la excusa perfecta para alargar el buen rato

¿Y qué le ofrece Maddock a nuestro agradecido paladar? Platos para abrir el apetito como su tomate del huerto gallego con pesto fresco casero y sal negra, salmorejo tropical de maracuyá y mango, anchoas del cantábrico y boquerón ‘matrimonio” con tomate confitado y chorizitos criollos con verduritas al carbón y chimichurri, tortilla de patata de Betanzos con espuma de bogavante, croquetas cremosas de cecina de León, gyozas fritas de pollo con salsa ponzu, zamburiñas a la plancha con emulsión de ceviche y cebolla roja y patacones de cochinita pibil con aguacate y lima; salmón flambeado con teriyaki sauce sobre falso socarrat de shitake y triguero, poke de atún rojo con anacardos, milanesa de ternera lechal con huevo campero, cachopo asturiano con jamón y queso y patatas fritas, picaña a la brasa cortada en finas láminas y su guarnición, ventresca de bonito a la brasa con ponzu y estragón para proseguir y una tarta de galleta y limón, torrija de pan brioche y nata en helado y tarta de queso horneada como broche final, cohetes y fundido a puro color. No vas a necesitar ni filtros de Instagram. ¡Que aproveche!