Quizá eres de esas personas que solo se toman un triste café para desayunar. Quizá hasta lo acompañes por un pequeño sobao o valenciana; pero si lo tuyo es bajarte a la panadería/pastelería más cercana para acompañar tu café de cafetera con un rico brioche, suizo o croissant, sigue leyendo porque Maison Mélie puede ser tu paraíso. F: Cortesía de Maison Mélie

A un tiro de piedra de Alonso Martínez y presentándose con los mejores croissants del barrio (y puede que de Madrid), Maison Mélie es el place to be definitivo si quieres comenzar con buen pie el día. Sus croissants son la envidia de la competencia, y es que tener tu origen en las buenas artes de Mélie Denancé, panadero y bisabuelo del propietario de Maison Mélie, no es algo de lo que se pueda jactar cualquiera.

Verdaderas delicias francesas en este local tapizado hasta el techo de toile de Jouy, bellos espejos y suelo en blanco y negro con ese toque old school que tanto te gusta. Una maison que cuenta con su particular boulangerie, de ahí que a sus exclusivas y esponjosas piezas de masa y mantequilla se le unan bizcochos y panes con los que marcarte un tanto en desayuno de primera.

¿Te mola el rollito francés y eres de los que no te saltas el desayuno? Maison Mélie será tu mejor sitio para comenzar el día

Un gancho perfecto para comenzar a tirar del hilo y descubrir que más allá de este básico de la gastronomía gala también podrás probar un tartar Black Angus cortado a cuchillo con cóctel de verduras marinadas, alcachofa gratinada con salsa Mornay, medallón de muselina de salmón con ensalada rusa casera y alioli, parfait de foie gras con espejo de pera y loncha de brioche, sopa de pescado de roca, tartar de salmón con guacamole, croque monsieur, costillas de pato a la plancha con patatas al horno y crema de trufa, tarta fina de boletus vertidos con confitado de aves de granja y emulsión de castañas, raviolis a la tinta de calamar rellenos de pulpo, vieiras a la plancha con salsa de berberechos, suprema de pollo de granja cocida al estilo ‘contisé’ con limón confitado, medallón de buey y un crumble de pera y chocolate, una tarta tatin a la vainilla Bourbon o una piña tostada fría con sorbete de limón y bombón de caramelo de mantequilla salada de ‘Isigny SainteMère’ que completarán la experiencia y pondrán el broche de oro a un planazo de primera.