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Ariana Díaz Celma

Hace unos días volvíamos a la rutina de la forma más inspiradora que podíamos imaginar: en una charla de la atleta Maria Vicente –especializada en pruebas combinadas y que acaba de proclamarse campeona de Europa Sub 20 de Heptatló– en la que nos contaba un poco más de su día a día y nos motivaba a salir a la calle a entrenar. La ocasión sirvió para recomendar la Nike Joyride, la zapatilla que Nike Running lanzaba el pasado julio, un modelo que fusiona la Air y la React: «Me gusta utilizar las Joyride el día después de un entrenamiento explosivo», comentaba. Y añadía que su sistema de amortiguación «es perfecto para sentirte ligero pero que tu huella esté segura y arropada a la vez».

Maria quiso hacer hincapié en cómo las Joyride ayudan a descargar tras días de entreno fuerte y eso, viniendo de una atleta de élite, es algo a tener en cuenta. Comentamos con ella también la silueta de esta zapatilla, perfecta para un uso más lifestyle, aunque sabemos que la vida de una atleta de élite no es nada fácil: «Me gusta poder llevar las zapatillas en mi tiempo de ocio, que no es mucho. Entre los entrenos y los estudios de comunicación en la universidad no tengo todo el tiempo que querría para pasar con mis amigas, pero la recompensa vale la pena».

La recuperación y el descanso son igual de importantes. Y las JoyRide juegan un papel clave en ello, ya que su sistema está diseñado para mantener las piernas descansadas. La zapatilla es perfecta para la absorción de impactos debido al sistema de amortiguación del que tanto puede presumir Nike y que tantas alegrías ha dado a los runners en los últimos años.

Las JoyRide cuestan 180€, un precio que bien merece el sistema de amortiguación formado por miles de microesferas de TPE y patentado por la firma del swoosh.