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  • By Ariana Díaz Celma
  • @good2bes

METT Barcelona: nuevo icono del lujo y la desconexión con la ciudad a tus pies

METT Barcelona: nuevo icono del lujo y la desconexión con la ciudad a tus pies

Hay lugares que merecen una segunda vida. Y luego está el antiguo Hotel La Florida, ese gigante dormido que llevaba años mirando la ciudad desde lo alto del Tibidabo, un poco ajado, un poco cansado, como si el tiempo le hubiera caído encima. Por eso, acercarse hoy a METT Barcelona –su renacimiento– es casi un acto de sorpresa: el edificio revive, respira y vuelve a brillar. Está en el mismo lugar, sí, pero ya no es el mismo. Ahora es mejor. Y quizá ahí reside su magia: en volver a descubrir algo que creías conocer.

La staycation que todos necesitamos y que no requiere de más que 24 horas off

El viaje empieza antes de llegar, ya que METT Barcelona no es solo un hotel: es Collserola envolviéndote, el rumor del bosque, el aire más fresco que el de la ciudad y ese paseo hasta el Tibidabo que se convierte en un pequeño ritual. Estás cerca de la ciudad, pero también muy lejos, la sobrevuelas y coges distancia de la realidad, mientras la contemplas. En un limbo perfecto entre la la ciudad, que reposa pacífica y serena a tus pies, y la desconexión absoluta. La staycation que todos necesitamos y que no requiere de más que 24 horas off.

Dormir en este hotel es llegar, aparcar el coche, y -con él- las prisas. Tras años sin pisar el lugar, uno en seguida entiende que METT Hotels & Resorts ha dado nueva vida a un mito centenario sin borrar su alma. Se ha respetado la arquitectura, los techos artesonados y la carpintería bien trabajada como antaño, pero se ha practicado un lifting que da como resultado un espacio donde lo contemporáneo colisiona con la historia. Todo se siente cálido, renovado, nuevo… sin perder la elegancia de lo que fue ni la aristocracia de un edificio que, cuando nació a principio del siglo XX alojaba turismo de alto copete de la ciudad, que viajaban horas a caballo para llegar a lo más alto de Barcelona.

Dormir donde la ciudad se vuelve silencio

Sus 70 habitaciones y suites son una invitación a bajar revoluciones. Todo está pensado para que nada moleste: texturas naturales, luz suave, colores inspirados en ese Mediterráneo que se cuela por los ventanales y mucho espacio. Hay algo pausado, casi terapéutico en estas habitaciones con vistas infinitas al mar, en esa sensación de estar sobre la ciudad sin estar dentro de ella.

Hay algo pausado, casi terapéutico en estas habitaciones con vistas infinitas al mar, en esa sensación de estar sobre la ciudad sin estar dentro de ella

Cada habitación o suite está concebida como un templo del lujo relajado, que se fusiona con el sublime entorno. Todas cuentan con amenidades de la firma francesa Botanyc, que aportan un toque sensorial gracias a su línea exclusiva Bal Tropical, elaborada en la Riviera Francesa y compuesta por notas de bergamota, lichi y jazmín.

Durante la estancia, en Good2b nos decidimos por una habitación con terraza lifestyle, 50 m² de loft, que ofrece un amplio espacio abierto con impresionantes vistas al mar y a la piscina. Su terraza privada permite relajarse y disfrutar de las vistas, mientras que su cama king-size es una oda al sueño descanso.

Valmont Red Carpet Spa: pausa, ritual y desconexión

Uno de las joyas del hotel es el Valmont Red Carpet Spa, un refugio que parece hecho para quienes viven con exceso de pantalla, de agenda, y de ruido. Desde luego, no se trata de un spa más: es un lugar donde el cuerpo decide, por fin, soltar para estar presente. Este spa está concebido como un santuario de serenidad y sofisticación, y fusiona la innovación cosmética más vanguardista con el ancestral poder restaurador de los rituales de bienestar. El resultado es una experiencia integral, meticulosamente diseñada para armonizar y equilibrar cuerpo, mente y alma.

Este spa está concebido como un santuario de serenidad y sofisticación

Aquí hay espacio para todo: desde masajes que disuelven tensiones y rituales faciales de alto rendimiento que revelan una piel radiante, hasta terapias holísticas pensadas para renovar cada fibra del ser, la propuesta se centra en reconectar con uno mismo y saborear, sin prisas, el verdadero arte de cuidarse. Obviamente, el alma y la esencia de este espacio único lo firma Valmont, reconocida casa de cosmética celular de lujo que encarna la excelencia. Directa de la riviera suiza, la marca ha conquistado el mundo del cuidado de la piel, combinando ciencia avanzada, los más puros ingredientes naturales de los Alpes y una sensibilidad artística inconfundible.

1925 Vermutería: donde empieza la vida mediterránea

METT Barcelona cuenta con dos espacios gastronómicos, basados en la rigurosidad, el buen producto y el sabor de cada receta. El más informal de ellos 1925 Vermutería, ideal para comer, cuenta con una maravillosa terraza, el sol que cae sobre el bosque y ese olor a madera antigua mezclada con vermut o de una caña bien tirada.

Entre sus bocados, encontramos gildas exquisitas, las siempre triunfantes anchoas 00 o una escalibada ejecutada con excelencia. Se puede seguir con sus suntuosas croquetas -ya sean las de jamón o marisco-, su tortilla de patatas o platos más contundentes como el muslo de pollo a la parrilla con salsa de romesco, el pulpo a la gallega o la merluza con salsa de tinta, un plato elegante y sabroso s partes iguales. Para terminar, qué mejor que pedirse su crema catalana o la prohibitiva cazuelita de chocolate. Pidas lo que pidas, todo sabe a Mediterráneo vivido, a producto de proximidad… Y qué bien.

Cena en Albarada: la noche que se hizo memoria

Para terminar la velada, qué mejor que una visita Albarada, la propuesta gastronómica más elevada de METT Barcelona, un tributo a la cocina es honesta, luminosa y profundamente mediterránea. Platos que respetan el producto, que dejan espacio para que el sabor sea el protagonista de la sala. Una cena que se siente más como una celebración íntima que como una experiencia de restaurante.

¿Nuestra recomendación? Para empezar, se puede optar por la sorprendente ensalada de raíces con chips de boniato, las almejas en salsa verde o el inaudito carpaccio de cigala con aceitunas gordal picantes, mayonesa de cigala y caviar. Se puede seguir con su lubina salvaje con sofrito, salsa de puerro y perejil o el sabroso arroz con setas con vinagre de trufa, para culminar con la tarta de queso aromatizada con cítricos o el goloso flan de chocolate.

Albarada no es solo el lugar idóneo para despedir la noche, sino también donde empezar el día, pues es ahí donde se sirven los elegantes desayunos con vistas cada mañana. Aquí no hay bufet, pero sí se sirve en mesa hasta saciar el apetito del comensal.

Un hotel que vuelve a hacer historia, cien años después

Quizá eso sea METT Barcelona: un lugar donde el pasado se honra pero no pesa. Donde la arquitectura centenaria convive con la vitalidad de un hotel que vuelve a ser referente, pero ahora desde un lugar más consciente, más humano, más conectado con su entorno natural.