Si prestamos atención a la letra de la popular Cadillac Solitario de Loquillo, una de las canciones de desamor más tarareadas de la historia, descubrimos un estribillo en el que comenta «estoy aquí sentado en un viejo Cadillac de segunda mano junto al Merbeyé, a mis pies mi ciudad y hace un momento que me ha dejado, aquí en la ladera del Tibidabo, la última rubia que vino a probar el asiento de atrás». Pues bien, hace unos días la crew de good2b decidió dejarse caer por tan mítico emplazamiento de la ciudad, una coctelería de culto en los ’80 que creemos se debe reivindicar en este nuevo siglo. ¿Quieres conocer nuestros motivos?

Merbeyé sigue siendo un referente de la Barcelona del diseño, no en vano uno de sus artífices fue Ferran Amat -propietario de Vinçon-, y Javier Mariscal diseñó los ventiladores y columnas del local -atento porque algunas de ellas han sido rebajadas para que las aspas puedan volar a su libre antojo-. El espacio cuenta con una sección de coctelería clásica, aunque también tiene una sección de autor. Todo en un ambiente muy ’50: luces tenues, madera oscura y sofás de terciopelo rojo, tal y como mandan las normas de estilo de un local canalla de sus características.

Uno de los puntos fuertes del Merbeyé es, además, gratis. Nos referimos a su emplazamiento en plena montaña del Tibidabo y las vistas que la misma conlleva. Un buen lugar para probar uno de los cócteles de la temporada porque aquí también les va lo estacional. En nuestro caso nos dejamos convencer por el Christmas Cocktail, una creación especial para estas fechas que nos ocupan, a base de crema de leche, Disaronno y chocolate líquido. Otras seducciones -tal y como ellos llaman a sus creaciones- que nos convencieron fueron el Made In Japan, a base de sake, triple seco, coco y crema de leche; o el Negrito Zumbón, con licor de cacao, licor de naranja, triple seco, zumo de piña y trufa de chocolate. Además, nos gustó el hecho de que la carta ayudara a ubicarte en el tiempo, pues cada cóctel -clásico o de autor- viene acompañado por las siglas LD (Long Drink), PD (Pre Dinner) o AD (After Dinner). 

Como novedad de los últimos tiempos, debemos apuntar que la coctelería ha abierto en su terraza el Merbeyé Sky, con unas vistas aún más elevadas de Barcelona, privatizable para fiestas y eventos.

Si te preguntas por el significado de su nombre, te diremos que sus primeros dueños eran francófonos hasta la médula, y decidieron catalanizar eso del ‘merveilleux’. Y razón no les falta, porque el lugar es maravilloso.