En MyBestys el bolso no se piensa como complemento, sino como punto de partida. Cristina Castañer lleva tiempo construyendo una marca donde la forma, el proceso y la referencia cultural importan tanto como el uso final, y su última colección lo confirma. Inspirada en el universo de Yayoi Kusama y creada originalmente para la Fundación Beyeler, la serie traduce obsesión, repetición y gesto artístico en piezas que se mueven entre el objeto de moda y el arte portátil. No es un guiño estético superficial: es una colección que nace de mirar, entender y reinterpretar.

Volúmenes, proporción y gesto en clave japonesa
Los dots característicos de Kusama aparecen aquí convertidos en aplicaciones metálicas colocadas una a una, generando ritmo y textura sobre el cuero. Las siluetas, casuales pero con carácter, dialogan con volúmenes japoneses y proporciones muy pensadas, mientras los materiales aportan capas de lectura: piel reciclada, forros creados a partir de antiguas espardeñas de Castañer y un trabajo artesanal que hace que ningún bolso sea exactamente igual a otro. La repetición no busca esa perfección de lo industrial, sino identidad. Cada pieza tiene algo ligeramente diferente que la hace auténtica en sí misma.


Lujo cotidiano con mirada propia
Más allá de esta colección especial, MyBestys amplía su lenguaje con nuevos modelos en ante, tweed y piel que refuerzan su visión del lujo cotidiano: bolsos que se integran en la vida real sin perder presencia. Bomboneras compactas, totes estructurados y formatos pensados para acompañar el día a día conviven con la línea más artística sin romper el discurso. Aquí no hay prisa por seguir tendencias ni necesidad de gritar. Hay diseño, intención y una idea clara: el bolso como extensión del cuerpo, del ritmo y de una manera muy concreta de entender la moda. Más información sobre la marca aquí.