En 2012, Álvaro Moreno, actor y músico, Alberto Salas, comunicador audiovisual, y Rocío Navarro, periodista, cometieron la locura de decidirse a abrir una sala de teatro en Madrid. Después de tres años de alegrías y fatigas, su Nave 73 ocupa un lugar privilegiado en el OFF madrileño.

Todo empezó en Mesón de Paredes, 73, Lavapiés. Allí, estos tres amigos intentaron por todos los medios levantar su sueño y bregar con todas las trabas burocráticas y las exigencias del ayuntamiento. No lo consiguieron, pero lejos de rendirse, pusieron su objetivo en la antigua sala TISS, en la calle Primavera, mismo barrio. Volvieron a comenzar los preparativos, pero el ayuntamiento tampoco les dio la licencia. Volvieron a reponerse del disgusto y a la tercera fue la vencida: la romería agónica llegó a su fin en un local de 500 metros cuadrados en Palos de la Frontera, 5. Sobre la fachada de cristaleras se lee: ‘Nave 73’ en homenaje al primer local que escogieron.

Nave 73 ocupa un lugar privilegiado en el OFF madrileño y se ha consolidado como una referencia imprescindible en la programación teatral

Ellos definen su proyecto como un «espacio multidisciplinar donde la innovación y la exhibición escénica es el pilar central pero no el único». Además de teatro y danza, en Nave 73 podemos disfrutar de conciertos, talleres y clases de interpretación, dramaturgia, piano, canto, baile o comunicación y márketing. También cuentan con una galería dedicada a la creación plástica que acoge distintas exposiciones de artistas emergentes y una cafetería de corte industrial donde disfrutar de una buena merienda o unas cañas y un picoteo después de la función.

Y, cuando se dice que ellos son referencia en el OFF madrileño, se dice con causa. Actualmente, por ejemplo, Nave 73 es una de las salas que acogen obras dentro de la programación de la II edición del festival Surge, a lo largo del mes de abril. Que empiece el espectáculo.