Como buenos foodies que somos, no podemos dejar de probar las miles de opciones que los restaurantes de la capital española nos ofrecen. Con el roscón, los turrones y los polvorones aparcados hasta finales de año, ponemos rumbo a otro place to be de esos que nos hacen afilar los colmillos y disfrutar de lo lindo. ¿Te vienes a Pituca? F: Cortesía de Pituca

¿Quieres que el ritmo no pare y alargar un poco más el disfrute? Sigue en Pituca Lounge (a la vuelta de la esquina), la versión más divertida y desenfadada de Pituca

Moncloa se vuelve a convertir en parada más que obligada si lo que pretendemos es darnos un buen baño de cocina peruana. Un negocio que al nombre de Pituca celebra lo mejorcito de una de las gastronomías más variadas y coloristas (con todo el respeto a la nuestra) que existen. Un restaurante situado en el número 30 de la tranquila calle Quintana, que ha llegado para quedarse y que asienta sus bases en una cocina sencilla, de grandes éxitos made in Perú, donde el servicio está a la altura de lo que se come.

Un local diseñado con distintos ambientes para que la experiencia sea aún más entretenida y para adelantarse al mood que llevemos, pues ya sea para comer, cenar o sobremesear, en Pituca encontraremos siempre un hueco que ocupar. Un restaurante donde la parrilla se convierte en la mejor aliada de unos platos que se venden solos y que exprimen al máximo los sabores y texturas de un Perú en estado puro.

Así, sus zamburiñas acevichadas, la causa de pulpo al olivo, los wantanes fritos o las boliyucas solo nos sirven para abrir un apetito que se torna voraz al probar platos como su arroz con mariscos, chicharrón de pescado, lomo saltado, ají de gallina, chifero apitucao, anticuchos parrilleros o su espectacular tomahawk a las brasas. ¿Postre? Ni se te ocurra levantarte de la mesa sin tomarte un pedazo de su impresionante tarta Tres Leches o de la deliciosa cheesecake de lúcuma. Seguimos en el lounge, ¿no?