Dicen que el desayuno debería ser la comida más fuerte del día. No solo nos despierta de una noche en que habríamos preferido se hubieran retrasado los rayos del sol, sino que nos ofrece la energía necesaria para enfrentarnos al día con la mejor de las sonrisas y el arrojo para sortear el mal humor ajeno. Desayunos que, saltándose la típica tradición de un café aguado y rapidito y una magdalena blandurria que teníamos en la despensa, celebran el gusto de sentarse a la mesa durante media hora y comenzar con buen pie (y buen sabor) el día.

Localizado en el número 43 de la calle Santa Engracia y abierto desde primera hora para que tanto como recién levantados como trasnochadores hagan de él su centro de recargo mañanero, la cafetería El Puntal debería ser nuestra referencia para el desayuno en la capital.

Desayunos, menús de mediodía, meriendas y un previo a la cena se convierten en el suma y sigue de este local  en el que la comida sana es su básico

Si a eso le unes que los domingos, después de una noche de fiesta y alboroto, puede ser el mejor acompañamiento a tu ya tradicional ibuprofeno, la cosa se pone al rojo vivo.

Huevos benedictina con jamón, sándwiches con queso gratinado (a.k.a. croque monsieur), bollería fina entre la que destacamos su bizcocho cántabro a maridar con el yogurt griego que te sirven y un servicio impecable, que no se olvida de los zumos y cafés para el cliente que pretende marcarse el completo, hacen de este local con horno propio el garito a destacar en tu agenda de los sitios por los que dejarse caer ya mismo. Como decía la Sabater… “¡buenos días con alegría!” y ¡qué alegría!