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Bru Romero

Llega el domingo y con él la resaca de un finde de lujo en el que no hemos parado de quemar adrenalina. Seguramente pienses que es mejor quedarte en casa descansando, por lo que pueda llegar mañana lunes, pero no creo que la mejor de las ideas sea darte al ibuprofeno y engancharte a la película de sobremesa de Antena3. Hemos quedado con Marieta y cuento contigo. Chapa y pintura y ¡a la calle!

Situado en mitad de la Castellana y con una luz que ya quisieran muchos locales parecidos, el restaurante Marieta se ha convertido desde su apertura en un lugar de esos que divertidamente llaman “de ver y ser vistos”. En ocasiones, marcarse una reserva es bastante complicado pero cuando lo consigues sientes que eres el rey/reina del mundo muy al estilo DiCaprio/Winslet en la proa del Titanic.

¿Joven, moderno y de espíritu aventurero? En Marieta darás rienda suelta a tu más sofisticado paladar foodie

De esta manera se presenta Marieta al público. Restaurante de los mismos propietarios de Pipa&Co que se han encargado de perfilar el territorio de una de las zonas financieras más dinámicas de la ciudad y no contaba con un local del palo. Un proyecto en el que la cocina del chef Roberto Velázquez apuesta por el producto sin pretensión y fusión cosmopolita y el diseño interior del restaurante, realizado por Proyecto Singular, conforma el más idóneo entorno para una experiencia de ocio que seguramente pretendas repetir.

Un lugar donde entregarte a platos como el sushi de calamares a la romana y ali-oli casero, tempura  de verdura y cangrejo de concha blanda con porra Antequerana, costillas 70º maceradas en salsa barbacoa al Bourbon, daditos de cazón en adobo o ya en los postres, su tarta de galletas María con chocolate y Lacasitos. Hoy al ser domingo, siempre te puedes decantar por su particular brunch de dos platos entre los que te recomiendo sus mini pancakes con sirope de arce y arándanos y crepes rellenos de jamón york, champiñones y bechamel con queso gruyere. Adictivo, ¿no crees?

Si ya has empezado a salivar, informarte también que las noches madrileñas deberían empezar aquí, no solo por sus copas y cocktails dispuestos a recargar las baterías post cena sino por su espectacular terraza aún abierta al cielo estrellado. ¿Mola o no mola la idea?

 

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