Cuando entras al Solid por primera vez, el espectáculo visual tan bien conseguido te atrapa sin piedad. Nos gustan esas tonalidades pastel que se entremezclan con detalles decorativos en cobre y metal. Aplaudimos las formas hexagonales con reminiscencias vintage que nos trasladan directos a otra época. Nos soprendemos ante la variedad de ambientes que han logrado generar. Pero, sobre todo, sonreímos al comprobar la regeneración de un local tan estratégicamente situado en el corazón del Borne (Carrer Princesa, 23) y que llevaba tiempo sin levantar cabeza. Comenzamos muy bien.

Aplaudimos la regeneración de un local tan estratégicamente situado en el corazón del Borne

Una vez salidos del encantamiento visual -obra de Ingenia Group en colaboración con el diseñador Alfonso de la Fuente (Pichiglas Studio) como responsable de la animación ambiental-, descubrimos que el Solid no es un restaurante más. Se trata de un proyecto multidisciplinar que pretende transmitir un espíritu alegre, positivo y lleno de energía, siendo a la vez cafetería, restaurante, bar y club de espectáculos. El interiosimo tan teatral y deslumbrante, y los tres ambientes tan diferenciados (zona bar, restaurante y escenario) ya auguran que allí se cocerán no sólo suculentos platos. Solid, además de ser un restaurante contemporáneo, urbano, desenfadado y de horarios largos, es el escenario por donde se podrán disfrutar de diferentes estilos de música en directo.

Además de como espacio multidisciplinar, no podemos olvidar que como restaurante, Solid tiene mucho que ofrecer. Los fogonos los dirige el chef Alex Flaquer, y su propuesta apta para todos los públicos, nos ofrece diversos platillos donde da rienda suelta a la fusión de la gastronomía patria, con matices internacionales que fue adoptando a lo largo de su carrera como cocinero en otros países. No podéis dejar pasar el probar la mojama o el xató para dar comienzo. Para continuar, recomendamos el arroz negro y el pulpo a la grella. Además debéis saber que Flaquer es un fiel defensor de los productos frescos y de temporada, por lo que la carta irá variando en función de la estación del año y de lo que ofreca el mercado y le convenza para comprar. Lo mejor también es su precio, a mediodía podéis comer de menú por 12 €, y si optáis por carta el precio medio son unos 25 €. Muy razonable teniendo en cuenta el espacio, sus acertadas propuestas culinarias, la perfecta ubicación y su multidisciplinaridad.