Romain Fornell reabre Tejada Mar, la versión sur mer del original Casa Tejada del Turó Park. Situado en la falda del Hotel W, su carta se adecua a una oferta más marinera para poder degustar con vistas privilegiadas a la Barceloneta. Los mariscos, pescados y arroces que encontramos en su carta cuentan con el savoir faire de quien acumula estrellas Michelin y premios varios desde temprana edad, aunque no olvida la gastronomía más popular y cercana construida a base de buen producto. F: © Albert Font para AD

Cócteles, oyster bar, brasa y arroces resumen la carta del Tejada Mar, que no olvida la gastronomía más popular y cercana construida a base de buen producto

Aterrizar en el Tejada Mar con un Spicy Margarita o un Amaretto Pistacho Sour servido en la mesa es una realidad gracias a una acertada carta de cócteles, que bascula entre el clasicismo de las recetas tradicionales y la vanguardia de la coctelería de autor. Un aperitivo perfecto para entrar de lleno en una carta refrescante y, cómo no, con un toque muy francés. Así pues, es posible empezar con un jamón ibérico 100% de bellota –muy de aquí–, unas cigalitas Robuchon con albahaca o cualquiera de las opciones de su Oyster Bar, que van desde las clásicas ostras al cangrejo real de Alaska con mayonesa de wasabi, pasando por un carpaccio de atún rojo con mostaza y sésamo que se derrite en la boca tal y como entra en contacto con el paladar.

Una decoración recién estrenada este verano 2021 es la guinda del pastel, que convierte el Tejada Mar en parada obligatoria

Los platos para compartir son el preludio perfecto a un interludio que funciona en dos direcciones: los arroces y la brasa. Entre los primeros, cabe destacar el de bogavante y el de calamar, gambas y mejillones, con una ejecución tradicional y justa que no sorprende pero sí satisface. Entre los segundos, desde las cigalas a la brasa con ajo y perejil al rodaballo a la bilbaína, pasando por el entrecôte con corte japonés Txogitxu o el châteaubriand con salsa café de París. El origen de Fornell acostumbra a hacer más apetecibles las opciones más afrancesadas de la carta, que en este caso no quiere renunciar a recetas más locales para los paladares más clásicos.

Los vinos y espumosos, que reúnen hasta 40 referencias, acompañan un manjar para terminar con postres muy acertados y para los que bien vale la pena guardar un merecido hueco, ya sea el cheesecake Salvador Dalí y su presentación de inspiración kitsch, la magnífica tarta tatin o los helados, servidos con el ingenio de quien se sabe buen chef. Una decoración recién estrenada este verano 2021 es la guinda del pastel, que convierte el Tejada Mar en parada obligatoria no solo de sus habituales de Pedralbes, sino de cualquier peregrino de la Barceloneta. Situado en pleno paseo marítimo –aunque apartado del bullicio de la playa– se recomienda comer o cenar a la sombra de la pérgola que cuelga de madera en su terraza.