Como bien indica su nombre, el huevo es el hilo argumental de The Egg Lab, un templo del brunch más refinado que, a pesar de llevar abierto desde 2019, se presenta tras la pandemia con un interiorismo renovado y con una propuesta más madura y apetitosa. Esta es la filosofía que hace que clásicos como los cacareados benedict tomen otra dimensión a través de uno de los platos estrella de la carta: el New Orleans Chicken Benedict, que se traduce como pollo especiado frito sobre gofre con sirope de arce, jalapeños y salsa holandesa. Si esta receta te ha abierto el apetito sigue leyendo, porque The Egg Lab es tu nuevo (brunch) place to be. F: Todas las imágenes cortesía de The Egg Lab

Donde ahora está The Egg Lab, hace unos años estaba la granja familiar sobre la cual había la residencia de padres y abuelos

Oriol Martínez es el ideólogo de una carta ejecutada por el chef Adnaloy Osío en un lugar con historia. En este mismo número 80 de la calle Sepúlveda es donde Oriol ha crecido en un ambiente similar, aunque adecuado a otros tiempos. Donde ahora está The Egg Lab, hace unos años estaba la granja familiar sobre la cual había la residencia de padres y abuelos, un espacio lleno de historia que ahora da un paso más allá para cambiar los bizcochos y el chocolate caliente por huevos, zumos impecables y café de especialidad de Tornado.

La carta cuenta con un total de 10 platos de impecable ejecución, como los Smokey York Benedict, a base de pan brioche tostado, smoked pulled pork, bacon, coleslaw, pepinillos, dos huevos pochados y puerro crujiente acompañado de holandesa de cheddar flambeada con patatas fritas; o los French Madame también con pan brioche con bechamel, queso Gruyere y huevo poché. Mientras el protagonista de los platos viene de Calaf como la tradición manda, el pan es del Forn de Sant Josep, con una receta especial hecha en exclusiva para The Egg Lab.

La carta cuenta con un total de diez platos de impecable ejecución, donde el huevo es el absoluto protagonista

El huevo, protagonista indiscutible de la propuesta gastronómica que aquí tratamos, cohexiste en platos sorprendentes y muy refrescantes como el Turkish Healthy, que consiste en varias unidades de falafel con cremoso de yogur y mascarpone, hierbas frescas, pan turco casero y butter chili con huevos fritos; o el Pastrami Western Coast, una tostada artesanal del Forn de Sant Josep con pastrami, cebolla caramelizada, mayonesa de mostaza antigua ahumada, ensalada de rúcula y –de nuevo– huevos fritos.

Para terminar como es debido un manjar como es el brunch en este novísimo espacio –firmado por el buen gusto de Metrik Barcelona y Pichiglas Studio– es necesario pedir los Sweet Apple Pancakes. La versión de estas tortitas que aquí se factura cobra otra dimensión de sabor al estar rellenos de manzana confitada. El toque de dulce de leche casero y el caramelo con la manzana fresca hacen el resto.

Probar el brunch más elevado de Barcelona te costará alrededor de 25€, que pagarás con el mismo gusto que tiene cada una de sus recetas.