El arquitecto Sasha Shtanuk propuso a los organizadores del Burning Man de este año, una gigante manta de plata reflectante para crear un espacio íntimo y frío en mitad del desierto, donde se celebra el festival. Ese manto gigante está compuesto de miles de mantas especiales de la NASA unidas con 40 km de cinta reforzada. El resultado es toda una experiencia que nos encantaría vivir en primera persona, ya que la manta se convierte en un lienzo ultraligero que cambia constantemente de forma con sombras y siluetas de olas, montañas y formas gigantescas inimaginables.

El manto gigante está compuesto de miles de mantas especiales de la NASA unidas con 40 km de cinta reforzada

Burning man es una reunión anual que tiene lugar en Black Rock City, una comunidad temporal erigida en el desierto de Nevada. El evento se describe como un experimento de arte comunal que explora diversas formas de autoexpresión artística. Shtanuk ha diseñado esta instalación para la cual necesita recaudar el dinero suficiente para los materiales, el transporte y demás elementos necesarios para hacer que la obra sea real. Para ello ha puesto en marcha una campaña de mecenazgo en indiegogo en la que explica las necesidades del proyecto y la meta final; un total de 17,500 dólares para llevarlo a cabo.

El objetivo de la instalación es crear un espacio de reunión seguro y amable en medio del desierto, una especie de refugio en el que la gente se sienta aclimatada y a gusto. «Desde que éramos niños y durante toda nuestra vida, compartimos el espacio debajo de la manta con amantes, amigos y familia», dice el arquitecto, que añade que nunca compartiríamos una manta con extraños.

El lado plateado de la manta refleja hasta el 97% del calor irradiado, lo que proporciona un área de descanso cómoda y fresca debajo de la instalación durante el día. Las imágenes con las que se presenta el proyecto no pueden ser más apetecibles, alguna de ellas nos muestra un manto sobre el que la gente parece flotar,  una especie de universo espacial al alcance de todos.