Hasta hace poco, el término Yubari se refería sólo a la pequeña ciudad situada en la isla de Hokkaido en Japón. Hoy es también un restaurante que reproduce los árboles, las montañas, las texturas, el fondo marino y, cómo no, la gastronomía de esta localidad, la misma que cuenta con el Yubari King, el melón más sabroso y caro del mundo. Con esta carta de presentación, no es de extrañar que este restaurante japonés quiera situar su oferta como la más sibarita de la ciudad, cuando a comida nipona se refiere.

Yubari basa su cocina en las recetas tradicionales japonesas y les da un twist contemporáneo

Como cabe esperar de un local de estas características, el Yubari hace acopio de las recetas tradicionales japonesas y les da un twist contemporáneo para que los platos tengan un toque de vanguardia. Como buen exponente de la alta cocina japonesa, el pescado fresco viene del Mediterráneo cada día, así como la mayoría de productos, que buscan la proximidad como aliado clave de los fogones. No obstante, sí sale a buscar fuera piezas como el chutney de yuzu, el miso blanco, el wassabi y gengibre frescos, el bacalao negro o la carne de Wagyu. En resumen, el Yubari cree que no hay nada como lo local, hasta que no lo puedes encontrar en tus fronteras y tienes que salir en busca de productos exquisitos, como por ejemplo el caviar de Beluga.

En nuestra visita al Yubari, pudimos probar exquisiteces como las vieiras gratinadas con mantequilla de wassabi y erizos, un sabrosísimo bacalao negro con Saikyo Miso, una sorprendente bola de arroz con foie, la panceta con Sansho fresci y Karashi -grasienta pero exquisita, para qué nos vamos a engañar-, el magret de pato con Goma Ponzu y salsifis; además del esperado sushi, los makis y el sashimi, que atacamos a discreción. Los postres tampoco defraudaron, nos decantamos por el Exótico de Seychelles, con mango, fruta de la pasión y mango; y por el Jardín de Cuba, un dulce a base de chocolate, avellana y té. Para acompañar este festín, Yubari cuenta con una bodega de 120 referencias, que contempla desde vinos regulares a otros exquisitos.

El sótano del restaurante alberga el Kio Bar, una coctelería a cargo del reputado Gagam Kazarian

El chef encargado de preparar tal festín no es otro que Attila Havas, que ha pasado por cocinas reconocidas como la de The Arts Club de Londres o la del Nobu. La oferta gastronómica, pero, es sólo parte de la experiencia del Yubari, que se completa con sus cócteles, que puedes degustar en el Kio Bar, situado en la planta baja del lugar y que se ha inspirado en el Palacio Imperial de Kyoto. En este glamouroso sótano -la decoración es de todo menos discreta- actúa Gagam Kazarian, una de las figuras más reputadas de la coctelería internacional, popular por haber creado el concepto de ‘cóctel gastronómico’, que se caracteriza por el uso de frutas y verduras.

Cenar en Yubari costará 70 prohibitivos euros, que estarán bien invertidos si eres fan de los excesos, no sólo gastronómicos sino también a nivel decorativo.