Siempre se ha dicho que cuando se persiguen los sueños, se acaban logrando. Una aventura de muchos obstáculos y múltiples alegrías que de sortearse con atino, permite rozar el cielo con los dedos como así ha hecho (y sigue haciendo) Julián Mármol, un chef de lo más atípico que con la cocina nipona como bandera sigue ganando adeptos con su Yugo the Bunker. F: Todas las imágenes cortesía de Yugo the Bunker

El sótano del Yugo the Bunker aún sigue siendo terreno exclusivo de los socios que son aceptados siempre y cuando exista alguna vacante y bajo petición en su web

Trabajar como comercial para Nissan puede resultar muy excitante pero nada que ver con la gastronomía y todo lo que le rodea. Quizá fue lo que impulsó a este joven Mármol a dejar atrás sus labores entre automóviles para crear, en 2013, Yugo the Bunker, un club gastronómico de lo más exclusivo (solo apto para socios) como si de un búnker de la I Guerra Mundial se tratara. Un punto de encuentro culinario que, gracias a Dios, abría sus puertas al resto de los mortales hace poco, permitiendo que la alta cocina llegara a todos los públicos.

Una izakaya o taberna típica japonesa, a un tiro de piedra de la estación de Atocha, donde Mármol propone y dispone una alta cocina japonesa totalmente desconocida. Un lugar donde la fusión no lleva a la confusión, según palabras del chef, sino donde la conjugación entre lo que se espera y lo que el cliente no puede ni imaginar van de la mano.

Un restaurante que a golpe de menús cerrados (4, si contamos el de Navidad) y una selección de extras fuera de carta (como un gunkan de tuétano de vaca rubia, nigiri de chuturo con algas y crujiente de mar o gyoza de rabo de wagyu que hacen revivir a más de un muerto), festeja lo mucho que ofrece Japón y el mimo y cariño con el que Julián ha aprendido a tratar a las mejores materias primas, las preparaciones más sabrosas del país del sol naciente.

Menús en los que encontramos delicias para nuestras papilas tales como hosomaki de neguitoro, tartar de lubina, huevas de ikura salvajes marinadas, galete de atún a la brasa, tataki de cerdo ibérico de Bellota Maldonad a la brasa, black cod marinado, foie nigiri con sardina, anguila a la brasa, gyoza de rodaballo o el usuzukuri de lubina con salsa champonzu. Todo un delirio al paladar y, también, con estrella Michelin.