Como habrás podido observar, la estética de los restaurantes asiáticos ha ido cambiando por completo en los últimos años. Ahora, el gusto por los detalles sobrios, el interiorismo más elevado y la arquitectura de vanguardia han desbancado a los pequeños locales de iluminación tenue y decoración más bien tradicional. Una carta de presentación que, en la era del filtro y la estética más instagrameable, nos alegra infinito, como en el caso de Yum House, que invita no sólo a sentarnos a la mesa para degustar su repertorio culinario, sino también a celebrar la belleza más exótica. F: © Yum House

El nuevo niño bonito del grupo La Pagoda (Manolita Chen y La Pagoda) llega a Madrid para transportarnos a la Asia más estética mediante la vista pero también el gusto y el olfato. Así, Yum House consigue convertirse en otro de los place to be madrileños en el que comer rico y embobarte con un diseño interior que ya querrías para tu cuartito comedor. Un local amplio y luminoso que, desde el interior del Hotel Letoh Letoh, se convierte en parada obligada de aquellxs a lxs que les encanta Japón en todas sus versiones y bajar la comida callejeando. Y es que a escasos metros se encuentra el delicioso paseo frente al Palacio Real, que tanto incita al amor en una noche de verano.

Yum House viene a celebrar el buen gusto del interiorismo asiático más elevado

Pero antes, un ‘malgalita’ (como lo escriben ellos en su carta) que nos abra el apetito frente a un abanico de opciones muy bien seleccionados por Eva Chen, tercera generación de la familia que introdujo la cocina asiática en nuestro país. Y es que la carta de Yum House supone todo un viaje sin curvas por esos platos de su gastronomía milenaria que tantas veces hemos escuchado, pero que realmente no hemos llegado a saborear, dada la poca o nula cercanía con las recetas originales, ejecutada en esos primeros restaurantes orientales obligados a acercarse a los paladares europeos para sobrevivir.

Una sensación que en Yum House no nos queda, pues su acierto (y éxito) es haber apostado por los sabores más tradicionales de la cultura asiática, pero con el ojo puesto en las tendencias más modernas sobre la mesa. De ahí, que celebremos platos como sus palomitas de langostino con mayonesa de chili dulce, su guacamole japo, los crujientes raviolis wonton de queso crema con cangrejo y chili dulce, sus nigiris de steak tartar con nieve de foie o de vieira en dos texturas, el Manolita roll (con pera coreana, aguacate, tempura de langostino, corvina y yuzu mayo), sus tacos ‘La Pagoda’, los crepes de pato pekinés, su wok de berenejena china y tofu gan en salsa de soja y chili, su tonkatsu con brotes y una choco-miso cake o rica selección de mochis para rematar. Os aseguro que saldréis bien satisfechxs. ¿Otro ‘malgalita’ para acabar?