Siempre se ha tenido la creencia de que la cocina hindú es una cocina de batalla. Un tipo de gastronomía tan especiada como recurrente, si tenemos que innovar y sentir que somos el gourmand del grupo. Una simple opción que obtiene tratamiento de Usía, en el caso de Benarés, uno de los restaurantes hindús que ha conseguido sentar cátedra (y escuela) en la capital.

Benarés o el placer de probar y disfrutar de tapas y platos indios pensados para combinar con un buen cóctel y/o combinado

Seguramente, y en más de una ocasión, has paseado por Lavapiés a la hora de la comida o cena y te has dejado engatusar por alguno de los locales de cocina india que salpican las calles adyacentes al Valle Inclán. Puntos de referencia para todos los bolsillos que nos han abierto a una cultura no tan extendida como la china o la japonesa pero que cuenta con numerosos adeptos en nuestro país. Pero, ¿a que pensabas que la cocina hindú era lo que allí servían? Pues sí pero no. Y es que solo hace falta dejarse caer por el restaurante Benarés para darse cuenta que un interesante y exótico camino de baldosas amarillas se abre ante nosotros.

Regentado por el chef Atul Kochhar y ofreciendo una variedad de posibilidades que nos hacen comprender que lo que hasta ahora conocíamos como sabores hindúes no eran del todo como nos habían hecho creer, el spin off de su local londinense (también llamado Benarés) nos gana el corazoncito foodie con una clara apuesta por la autenticidad por encima de cualquier otro tipo de aspiración. Un local donde lo clásico permiten la reinvención y lo tradicional (si es bueno) se mantiene tal cual.

Una carta repleta de verdaderos must indios que a golpe de pastel de patata crujiente con chutney de tamarindo y menta, vieiras a la parrila con textura de coliflor, crujiente de gambas al estilo “Mumbai” con chutney de tomate, codorniz marinada al tandoor, cordero especiado, dumplings (o momos) rellenos de verduras, pollo y gambas, steak tartare con especias indias, merluza a la plancha con cúrcuma, curry de pollo al estilo tradicional, panes blancos o rellenos, lentejas negras o amarillas, garbanzos con cebolla y cardamomo o ese yogurt con pepino y cebolla tan diferente como adictivo, redondean un plan perfecto para darte un buen baño de cultura asiática (del sur) y dar gracias por las manos del chef Kochhar, su técnica y su buen hacer.