Hay platos de nuestra gastronomía que se han ganado por peso y ricura su hueco en nuestro corazoncito. Especialidades autonómicas que logran traspasar los límites de su territorio de origen para deleitar al personal más catacaldos que se entrega a la causa de gozar comiendo, disfrutar de tanto bueno como hay en nuestra gastronomía y que tantos seguidores siguen consiguiendo tanto fuera como dentro de nuestro país. Y de todos estos ricos platos, el cachopo es uno de ellos. Y…¿dónde podemos probar uno bueno? Pues, sin duda, en La Madreña, tu casa de comidas asturiana de referencia.

Un negocio regentado por José Luis y Margarita Rodríguez donde las elaboraciones propias y el arraigo a los sabores de siempre, unido a su pasión por la tierra y todo lo que de ella se puede esperar, logran que el cliente sepa de qué va aquello de la comfort food y embelese al paladar con cachopos a su gusto. Sí, lo que oyes… cachopos, en plural. Y es que en La Madreña preparan hasta 10 versiones de este famoso filete doble relleno y empanado.

En La Madreña se toman en serio el tema de las carnes y para ello tienen un carnicero dedicado en exclusiva a sus diferentes cortes

De este modo, a las diferentes variantes en ternera rosada o asturiana con jamón y queso, ternera rosada con jamón y queso trufado, ternera rosada con cecina y queso La Peral, ternera rosada con chorizo a la sidra y queso, solomillo de vacuno mayor con jamón y queso, solomillo de vacuno mayor con cecina y queso, Black Angus, merluza relleno de txangurro y solomillo de vacuno mayor con cecina y queso le siguen otras opciones como los calamares de Potera a la romana, chopitos fritos, lacón a la gallega con cachelos, Flor de Esgueva con Arbequina, hamburguesas XL, jarrete de lechal glaseado, atún rojo Balfegó poco hecho y con ajo blanco y un bastante variado suma y sigue que nos teletransportan a esa Asturias patria querida que cantaba aquel y que aún reposa en nuestro paladar.

Un local donde los amantes de lo dulce también tiene excusa para una buena sobremesa mientras apuran sus platos de postre o el vino elegido de entre sus más de 60 referencias. Un broche final para esta casa que recibe como una madre, alimenta como una abuela y donde el cachopo vuelve a ser la estrella. No es para menos.