El otoño llega revoltoso. Lo mismo comienza el día lloviendo como termina a pleno sol. Podríamos decir que estamos ante un veroño pop-up que no sabemos hasta cuándo va a durar. Es por ello que sin perder nuestra pasión absoluta por las terrazas, nos entregamos a la experiencia absoluta de seguir comiendo al aire libre (aunque cubiertos por lo que pueda pasar). ¿Dónde? Pues hoy nos toca Lavinia. Porque si pensabas que en este famoso local por sus vinos, solo hay ricos caldos, espirituosos y suma y sigue… necesitas probar en Lavinia. Otro rollo.

El barrio de Salamanca sigue siendo la meca de los amantes del buen vino gracias a Lavinia, un concepto revolucionario en cuestión de brindis por doquier en el que las mejores bodegas se dan cita. Un modelo de enoteca tradicional creado a finales de los 90 que rompió moldes precisamente por eliminar cualquier tipo de regla, espacio que sigue reuniendo entre sus vitrinas y estanterías desde a lo más entendidos como a los recién llegados. Un Lavinia que ahora en otoño se adapta a los cambios climáticos con una colorida terraza en el exterior que invita a seguir disfrutando de su propuesta tanto líquida como sólida.

Si eres de los que quiere seguir aprovechando de esos ratos de buen tiempo que aún estamos viviendo… la recién estrenada terraza de Lavinia es tu objetivo gastronómico. ¡Al ataque!

Un punto de encuentro necesario en tu lista de hotspots de la ciudad desde donde el chef Toni García nos hace soñar a golpe de materia prima de primera y maneras en la cocina de lo más naturales y con profundo apego al producto. Platos que acompañados de más de 4.500 referencias, entre vinos y destilados, sin recargo alguno (es decir, a precio de tienda) que entre tapas como su caviar nacional (30 gr.) con blinis, ensalada de burrata y tomates, sardinas marinadas al ponzu, ensaladilla rusa con atún rojo, vitello tonnato, mini tartar, coca de pulpo con mojo de tomate seco y tapenade o callos y platos como su entraña de wagyu, el steak tartar, la merluza asada o la ventresca de bonito hacerte disfrutar tanto de los últimos rayos de sol “más veraniego” como de uno de los establecimientos más on fire de Madrid. Y siempre podrás irte bien comido y con una botella para el próximo afterwork.