El café, ¿qué persona en su sano juicio podría vivir sin él desde que amanece hasta que se oculta el sol? Una de las bebidas más consumidas en el mundo junto con el agua y es que, queramos o no, es nuestra fuente de energía. Pero claro, ¿dónde tomarlo? Las imitaciones son odiosas y las aproximaciones se cuentan a granel, es por ello que cuando probamos el sutil y balanceado sabor del producto estrella de Misión Café, es complicado no caer rendido a la dulzura de su propuesta, y mucho menos al resto de acompañamientos que en forma de ricos platos suponen el gancho de izquierda de este local al que nos dirigimos ipso facto.

Cafetería especializada de los creadores del Hola Coffee que lo iguala en éxito y donde el minimalismo, el trato amable y los cafés creados por Nolo Botana y Pablo Caballero son de lo mejorcito que has sorbido

En pleno Malasaña han crecido como setas en temporada numerosas cafeterías demasiado bonitas como para que el café sea lo que verdaderamente importa pero en Misión Café los astros confluyen y es que si el marco es bonito, el producto que se ofrece es aún mejor.

Un punto de encuentro donde dejar que las horas pasen mientras que estás enfrascado en el ordenador, en una divertida charla o esperando a que la muerte llame a tu puerta (¿por qué no?) y donde los baristas y creadores del negocio Nolo Botana y Pablo Caballero siguen con la misma ilusión del principio. Un local donde Manu Ouviña y Carlos Laguna les dan la réplica entre fogones, así como Nuño García que se encarga de la parte más dulce.

Un Misión Café que farda de cafetera modular (la Mod Bar) a base de bien y muchas tazas de Speciality Coffee de los tostadores del Hola Coffee servidas y una clientela nueva pero ya fiel que gusta de brunchear (y lo que no es brunchear) mientras añaden a sus tazas y tazones con cafeína, platos como la tostada de hogaza con guiso de garbanzos especiados, nata agria y cebolleta; el mixto de jamón cocido a baja temperatura casero y queso pasiego; el bol de porridge de avena, frutas de temporada pochadas, fruta fresca y toffee o los huevos camperos, espinacas, cebolla marinada, tomate cherry, patatas, calabazas asadas y rebanada de pan blanco. Porque si mojar galletas es un deber convertido en obligación, su café… oro líquido para ser sorbido sin pensarlo. ¡Larga vida a su café y larga vida para sus baristas!