Si hay algo que pueda superar a nuestro fervor por las croquetas, nuestro amor por un buen bocadillo de calamares y cariño por un plato de bravas es nuestra pasión por un cocido de toda la vida. Soperos somos muchos (por no decir todos) y es normal que cuando aprieta el frío, lo que más nos apetece es hacer un plan de cocido y paseo y no encuentro mejor lugar para llevarlo a cabo que La Rayúa, en la trasera de Gran Vía.

Hablar de La Rayúa en Madrid es hablar de historia gastronómica en la capital y es que nos tendríamos que remontar hasta 1870, fecha en la que doña Cándida Santos (“La Rayúa”) abría La Bola con ese poderío asturiano que la caracterizaba, ofreciendo sabrosos cocidos hechos en puchero de barro y sobre leña de encina. Más tarde llegarían La Cañada y La Rayúa que sigue homenajeando a la matriarca de la familia Verdasco (sí, la bisabuela del tenista Fernando Verdasco) sirviendo su particular y secreta receta del cocido magistral.

La tradición hostelera de la familia Verdasco tiene en La Rayúa su bastión si a ti lo que te gusta es el cocido con todos sus vuelcos

Un local que nos remonta a aquellas tabernas de aspecto casi medieval donde solíamos ir a comer con nuestros padres (y abuelos) los domingos y que en el caso de La Rayúa se actualiza para los nuevos tiempos pero sin perder su esencia. 150 años de experiencia puestos sobre la mesa a través no solo de este plato estrella de nuestra memoria culinaria sino también de otras tantas especialidades de la casa como son las manitas de cerdo, los buñuelos de morcilla con miel, el arroz madrileño, la pimentada con melva canutera, el bacalao confitado con crema de puerros, sus excelentes huevos fritos, el solomillo de cebón a la brasa o, ¡atención!, la pizza de cocido… de lo mejorcito que ha inventado la cocina moderna.

Un lugar donde dejar que las horas pasen mientras aprovechamos, con los nuestros, de esos buenos momentos que nos regala la vida mientras apuramos un Protos y sus deliciosos buñuelos de manzana con helado de turrón que conforman el match point de este negocio familiar.