El poder viral de la televisión ha permitido que sean muchos los chefs que hayan dado el salto del anonimato o fama local a un nivel superior. Una oportunidad que el chef Ale Alcántara ha aprovechado para sacar partido del interés de los medios de comunicación por su talento para guiar esas miradas a su negocio particular, el sueño de toda una vida, un restaurante que al nombre de Bache se enfrenta al crítico más duro: tú.

Los fieles foodies más amantes de las ondas catódicas seguramente disfrutaron aquel programa llamado Cocineros al Volante en el que parejas de cocineros se marcaban un tour gastronómico por toda España con sus customizadas food trucks. Un concurso que sirvió a Ale Alcántara no solo para ser miembro del jurado sino para abrir su restaurante Bache. Dos años antes se había encargado de asesorar gastronómicamente a los concursantes de MasterChef y, en ese momento, también se convierte en asesor, jefe y chef de su propio local. Un negocio que tomando sus raíces gaditanas como hoja de ruta plantea una propuesta gastro basada en el producto y las recetas más tradicionales y típicas del sur pero elevándolas a alta gastronomía.

Materias primas y recetas de toda la vida a la gaditana, la base de la carta de Bache y de los menús con los que festejarán las próximas celebraciones de Navidad

Un restaurante donde compartir, disfrutar y pasar el tiempo comiendo, saboreando, bebiendo, como en las famosas tabernas de Cádiz y de las que toma su nombre, y donde todo el mundo encuentra su lugar. Una cocina por vocación, honesta y auténtica que desde el barrio de Chamberí despacha los ricos platos de una carta que va cambiando y que se presenta a capricho de Alcántara.

Coordenadas de mercado que a través de platos como su ensaladilla de carabineros, croquetas de puchero, saam de ortiguillas, sandwich japo-cubano, cazón en adobo a baja temperatura, puerro asado con vichissoise de ajo negro, gyozas de carrillera, menudo chilli crab, magret de pato en salsa de mango, curry thai de raya y cabezada de cerdo con puré de patatas que permiten que el comensal confirme el buen hacer de Alcántara como cocinero y el de Bache como sede de su virtuosismo a los fuegos. Un local a dos alturas del que todo el mundo sale contento, que en Navidad propone sus particulares opciones para celebrar los festejos y brindar con ricos vermús, vinos y cervezas por la tele, por Ale y por Cádiz, la Tacita de Plata, que tanto arte exporta.