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Raquel Bueno

Pocas cosas mejores existen para llevarse a la boca que unas buenas patatas fritas, esto es así. Pero si, además, las acompañas de una selección de vinos naturales excelentes y un par de bocadillos de alta cocina firmados ni más ni menos que por Rafa Peña, darás francamente en el clavo. Añadele buena compañía y habrás llegado al cielo o, en otras palabras, al Bar Torpedo. F: Cortesía de Bar Torpedo

De ambiente íntimo y desenfadado, el Bar Torpedo es ideal para familias, amigos, citas de Tinder y todo tipo de noctámbulos con hambre y predilección por los buenos brebajes

El proyecto de Peña junto a Biel Gavaldà y Juanlu Pérez (parte de su equipo en Gresca) es otro ejemplo más que demuestra que, en esta vida, menos es casi siempre más. La fórmula infalible: un antiguo local de la calle Aribau en el Eixample con decoración de diseño vintage; una carta corta con productos de altísima calidad, con pan del Forn Sant Josep y de Triticum, carne de Lyo y quesos de La Selvatana y Llet Crua, entre otros proveedores de nivel; una buscada selección de vinos naturales ligeros que cambia constantemente –o sumergibles, como reza su carta– y cervezas artesanas para acompañar los bocadillos; y un ambiente íntimo y desenfadado ideal para familias, amigos, citas de Tinder y todo tipo de noctámbulos con hambre y predilección por los buenos brebajes.

Su humilde propósito es servir como el bar al que al mismo Peña le gustaría ir a comerse un bocadillo al salir de trabajar; y ya conocéis la ley: donde coma un chef, se come bien

La cocina del Bar Torpedo es una cocina de bistrot, en fórmula bocadillo. El local, un bar esquinero con terraza –uno de los pequeños placeres de esta vida– de un inconfundible verde botella y sillones de escay rojo, mesitas con servilleteros de plástico rescatados de anticuarios y un par de sofás correderos, tras cuyo diseño se esconde el ingenio de Maite Fuentes, de Alapar Estudio. Su humilde propósito es servir como el bar al que al mismo Peña le gustaría ir a comerse un bocadillo al salir de trabajar; y ya conocéis la ley: donde coma un chef, se come bien.

Su hit absoluto es la Burger (hamburguesa hecha con ternera de Lyo con seis meses de maduración servida con pepinillos, pan de brioche, queso cheddar y queso gouda, cebolla, mayonesa, mostaza y ketchup), seguida de cerca por sus Kentucky Fried Guatlla (muslos de codorniz deshuesadas, rebozadas y fritas) o sus celebérrimas Croquetas de Gamba. Aunque propuestas como su bocadillo Berenjena Asada, para mí, no tienen nada que envidiarles. Además, cuentan también con un Torpedo Especial diario, como el delicioso bocadillo de calabacín, burrata, rúcula y tomates secos que tuve la suerte de probar y con el que espero de corazón que tengáis también la suerte de coincidir.

Al pie de su carta advierten de que los bocadillos no se cortan en más de dos piezas y de que no disponen de cubiertos; algo que, en ocasiones como esta, se agradece profundamente. De postre, únicamente cuentan con dos opciones: su Helado Soft y un homenaje al Crack Pie de Christina Tosi del Milk Bar de Nueva York (la conoceréis si habéis visto la aclamada serie documental de Netflix Chef’s Table), con una especie de pasta brisa de mantequilla salada con caramelo y miso. Regadlo todo con el chardonnay de 2018 Vin Nu Blanc de Les Deux Terres (23€), y sonreíd tranquilos: ya es viernes y hemos encontrado el lugar ideal para celebrarlo. Santé!

Detalles




  • Dirección: Carrer d'Aribau, 143, local 1, 08036 Barcelona
  • Ambiente: Íntimo y desenfadado
  • Horario: Martes y miércoles de 13:00-2:30h | Jueves, viernes y sábado de 13:00-3:00h | Domingo y Lunes cerrado
  • Teléfono: 938 58 37 60
  • Tipo: Bar-cafetería
  • Web: https://www.instagram.com/bartorpedo/