Los que hayan probado la cocina gallega y hayan disfrutado de sus múltiples especialidades sabrán de primera mano que Galicia es calidade. Una cualidad que no todas poseen pero un verdadero tesoro que seguir manteniendo, compartiendo y del que sacar pecho en cualquier momento. Eso es lo que ocurre en Lúa, una de las mejores sedes del buen hacer atlántico y parada obligatoria si tienes morriña de tierras meigas. F: Todas las imágenes cortesía de Lúa

Chamberí es, una vez más, el punto de encuentro de muchas de las cocinas autonómicas, patrimonio de los fogones patrios que miman nuestro paladar. Un pedazo de Galicia donde la vanguardia va de la mano de la tradición, mientras el chef Manuel Domínguez tiene bien aprendida la lección.

Si amas a Galicia por encima de muchas cosas y jamás has probado un plato gallego sin que te obligue a repetir, es hora de que lo hagas en Lúa, un pedacito de verdadera cocina atlántica de obligado paladeo

Un local con estrella Michelin (y 2 Soles Repsol) que ya sea a golpe de productos de la tierra o de materias primas venidas del mar sabe cómo engatusar a los estómagos más sibaritas o a esos clientes que se introducen en el noble arte del buen yantar. Y es que en Lúa saben de qué manera ir más allá para que la aventura sea algo inolvidable.

Una puesta en escena que busca la inspiración en aquel recetario de abuelas y madres y la pone en órbita ya sea en sala o en la versión delivery para tomar en casa, a tu manera. Porque si sentarte a su mesa es todo un planazo, también lo es hacer tu pedidito para que te lo lleven y disfrutarlo en pijama. ¿Me dejas que te recomiende? Pues no dejes de probar el cochinillo confitado con crema de apionabo y salsa hoisin, el tartar de atún rojo con guacamole y polvo de nachos, la crema de ají o la ensaladilla de mariscos, el triunfante salpicón de bogavante con cigala y carabinero (también lleva langostino), su pulpo á feira, las croquetas de jamón, la merluza rebozada con crema de cigala, sus callos con garbanzos, la carrillera de ternera estofada con curry rojo y parmentier y sus cañas fritas de Carballiño o su cremoso de queso San Simón y sopa de miel para poner punto y final (de momento) a un banquete sin menearte del sitio y que alegrará el rato a los más larpeiros.