Qué bien sienta dejarte caer por uno de esos restaurantes de los que habla todo el mundo y que la única intención no sea embobarte con artificios culinarios sino con comida de verdad. En Madrid hay mucho de esto (y los que comen fuera lo saben), por eso es normal que nos emocionemos con los platos que acaban de llegar a la carta de El Imparcial, un restaurante en letras mayúsculas que de no conocerlo todavía… No sé a qué estás esperando. F: Cortesía de El Imparcial

Situado a un tiro de china de la plaza Tirso de Molina, y entre el baño de masas que supone zambullirse en La Latina, El Imparcial ocupa el mismo edificio que hasta 1933 ocupó el homónimo diario liberal. Un enclave lleno de historia y mucho encanto reconvertido en sofisticado restaurante; lugar para ver, ser visto y comer de lo lindo.

A meses de cumplir los ocho años, El Imparcial da buena cuenta de que si se quiere, se puede. Sus nuevos platos confirman por qué es el place to be definitivo

Un punto de encuentro de cocina rápida pero con fundamento, en el que hacer parada (después de visitar El Rastro, por ejemplo) y donde poder disfrutar de una cocina de autor, contemporánea y presentada con mimo. Antiguas salas de la redacción de aquel periódico que vivió de lleno la convulsa historia de nuestro país hasta mediados de los 30, donde saborear, ahora, el sosiego que ofrecen las especialidades de Guillermo Bárcenas, chef joven pero de imbatible talento, que sabe cómo llegarte al corazón.

¿Qué nos recomienda? Pues nuevos platos de su carta como las croquetas de cecina con queso payoyo y espinacas, los puerros confitados con romesco, el ssäm de ibérico con salsa hoisin, las alcachofas a la parrilla con puré de calabaza y espuma de queso de cabra o un steak tartar con helado de mostaza que debería ser catalogado como pecado. ¡Qué aproveche!