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Bru Romero

No hay mayor regalo para un amante de la gastronomía que tener amistades que sepan aconsejarte bien. En gastronomía funciona mucho el boca a boca y, seguramente, en tu pandilla hay una o dos personas que siempre se encargan de preparar unas quedadas gastronómicas que lo flipas. Por eso, no puedo resistirme a no contarte las maravillas de un restaurante como Tenderete, un negocio a medio camino entre un bar y una taberna frente al parque de El Retiro. F: Cortesía de Tenderete

¿Andas buscando un sitio para picotear? ¿Prefieres un lugar donde entregarte al afterwork? Tenderete es tu respuesta correcta

Apostando por la cocina fusión más creativa y despachando vermut de grifo Zecchini a diestro y siniestro, Tenderete es una verdadera alegría para el paladar. Su apuesta por las materias primas de primera y por unas recetas que reconocemos, pero que nos sorprenden por la manera en que se ejecutan, provocan que el comensal no quiera perder detalle de lo que pasa en la sala o, de hacer bueno, en su terraza, y en horario continuado hasta bien entrada la madrugada.

Un lugar donde el mimo en cocina se acaba notando en el paladar y donde los guiños a la cocina nipona se cuelan en algunas salidas sobre la mesa. Y es que en Tenderete todo es una sorpresa bien elaborada. De ahí, que no dudemos en lanzarnos a una carta donde enmudecemos con platos como sus alcachofas confitadas con cecina y parmentier, anchoas de Santoña con pan cristal y tomate, ensaladilla rusa con cigalas y ventresca, pulpo con chips revolconas, ceviche de corvina, pollo de corral con curry rojo, dorada estilo thai, bacalao al txacolí, cochinita pibil con sus tortillas, sandwich de pastrami, sardinas ahumadas y marinadas o una tarta de limón o de chocolate, hechas allí, con las que perderás hasta la ilusión por encontrar otro restaurante mejor. Merece la pena.

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