En el mundillo gastronómico, dar de qué hablar es harto complicado, pero cuando lo consigues durante más de 30 años es porque algo has estado haciendo bien. Esto mismo le ocurre a Carús, un restaurante asturiano lo suficientemente alejado del centro de Madrid como para que el típico postureo ni llegue ni se le espere. ¿Vienes? F: Todas las imágenes cortesía de Carús © Carús.

Cuando las cosas se hacen bien, se premian. De ahí, el éxito de Carús, con Paco Fernández Ampudia como inmejorable maestro de ceremonias

Localizado a un tiro de piedra de Majadahonda, a escasa media hora de Madrid, Carús se abre al comensal como otra de las sedes a tener en cuenta de la cocina astur en la capital. Un negocio surgido en Caravia (Asturias), donde poco a poco Paco Fernández Ampudia se hizo hueco, siendo a estas alturas un nombre imprescindible entre los fogones norteños.

Un Carús donde no faltan platos de cuchara, ahora que vienen tiempos más frescos, y un apego al recetario tradicional, al de toda la vida, donde la materia prima y los tiempos lentos son los que marcan los ritmos en el backstage. El restaurante tiene un espíritu de lo más auténtico y certero, en tiempos donde las prisas y los emplatados por encima del producto están muy valorados. De este modo, Carús nos reconcilia con el buen gusto y con el apego a esa cocina directa del corazón, con esas viejas recetas que han pasado de generación en generación.

Por todo ello, es una verdadera delicia probar su ensaladilla rusa, los cangrejos de río picantinos, los callos asturianos, el hígado al ajillo, las cebollas rellenas, las patatas preñadas de pitu, la crema de andarica, las verdines con almejas, la tortilla de merluza sin patatas, los fritos de pixín, los calamares en su tinta con patatas fritas, los escalopines al cabrales, el cachopo de cecina y queso de cabra o su espléndida fabada, por la que volveríamos las veces que haga falta. ¿Quieres dulce? ¡Marchando un tocinillo de Grado y unos carbayones para lxs mxs llambionxs!