Grupo Nomo siempre trae consigo agradables sorpresas. La última, una sonada apertura en una de la mejores calles del mundo, o eso prodiga el Time Out London. Nomo Eixample se postula así como el japonés de referencia de la calle Consell de Cent. El rersponsable de ejecutar los platos de este nuevo espacio es Naoyuki Haginoya, chef que ha reflejado en la carta su larga trayectoria en barras de sushi, izakayas -tabernas típicas japonesas- y yakinukus -aka parrilas- de su Tokio natal. El resultado es, pues, un crossover perfecto entre arquetipos más relevante de la jugosa gastronomía japonesa.

Las delicias que Haginoya ha diseñado ad hoc se pueden degustar en cualquiera de los ambientes de este precioso local de 570 m2 distribuidos en dos pisos. Al fondo del primero encontramos una impresionante cocina abierta, que se abre al público a modo de show cooking, y donde los sushi makers demuestran su maestría montado futomakis, nigiris y demás piezas. Un show captivador a la vista, pero también al paladar cuando uno se sienta en la mesa.

Por todos es sabido que Nomo factura cocina japonesa, pero para ello se sirve de los mejores productos de kilómetro 0. En su carta se pueden encontrar tapas japonesas, gyozas, tempura en distintas formas, brasas y gran variedad de sushis, uromakis, nigiris y temakis; que pedirás a tu antojo en una carta magnética con pins magnéticos mientras tomas el pulso al local y te mimetizas en su interiorismo. No obstante, los indecisos verán sus deseos hechos realidad con su menú degustación (50€, bebidas a parte), donde se pueden degustar algunos de sus best sellers, como el sabroso age edamame truffe -frito y con aroma de trufa blanca-; la sukiyaki croquette, una de las sorpresas más gratas de la carta, una croqueta de rabo de toro cocinada al estilo sukiyaki tal y como indica su nombre, estofado tradicional japonés y rebozada en panko; las deliciosas buta gyozas, empanadillas de butifarra de perol con verduras y salsa demi glace japonesa; el toro taco, un mini taco de tartar de ventresca de atún y huevas de trucha sobre una oblea artesanal que da como resultado un plato tan delicioso como fotogénico; el ebi chili, uno de los hits absolutos de la carta, aka langostinos picantes sobre base de fideos katafi crujientes y huevo frito.

Por todos es sabido que Nomo factura cocina japonesa, pero para ello se sirve de los mejores productos de Km0

Uno de los platos más sabrosos del menú supone también el meridiano del mismo, un punto de inflexión para empezar con los crudos que sale de su sushi bar. Nos referimos un festín que empieza con el spicy tuna, el clásico futomaki de atún con salsa picante que aquí cobra otra dimensión; el aburi toro nigiri, de ventresca de atún flambeada con cebolla caramelizada; el brie nigiri con queso ídem flambeado con miel y nueces; el aburi salmon nigiri, con salmón de Noruega flambeado con mayonesa japonesa, huevas de salmón y cebolla perla; el ebimayo mentaiko maki, un futomaki de langostino cocido con aguacate, salsa mentaiko y mayonesa; el toro tartar no temaki, un temaki de tartar de ventresca de atún con cebolla tierna japonesa, nabo marinado, pizarras y hoja de wasabi marinado; y el gyu niku no tataki, un tataki de vaca con setas confitadas y salsa de miso. Este extensísimo menú termina con un bizcocho de tres chocolates, que sacia el hambre al más glotón de la sala a base de bocados delicados y sabrosos.

El menú está pensado para ser acompañado por vinos, con una bodega que cuenta con 50 referencias justas para la gastronomía japonesa. Además, Nomo también cuenta con sus propios caldos, una marca de vinos propia que se llama GN13, creados especialmente para maridar con los platos de la carta. La carta líquida cuenta también con una colección de cócteles muy bien acotados, así como un sake elaborado en el Pirineo por Antoni Campins, hecho para Nomo especialmente con arroz del Delta del Ebro.

El interiorismo del nuevo Nomo Eixample está firmado por el fiabílisimo Trenchs Studio, que para la ocasión hace uso de pocos materiales para transmitir una conseguida sensación de serenidad. El resultado es una experiencia cálida aunque sobria en la que el confort da completo protagonismo a los platos que se sirven. La única nota de color del espacio es la colección ‘Keshiki’ -paisajes en japonés-, obras de arte creadas por la artista Esther Mir para el nuevo restaurante.

Comer o cenar en Nomo te costará a partir de 40€, dependiendo siempre del hambre y la sed con la que llegues al japonés más concurrido de Consell de Cent.