By
Julia Pont

Hay cosas que solo nacen cuando coinciden el lugar, el momento y el trabajo bien hecho. En el vino, el terreno y el clima son clave pero es la experiencia del viticultor la que marca la diferencia. En la ganadería, el respeto por el animal y una alimentación cuidada son claves. Y en la cocina, sin buenos ingredientes ni técnica, no hay resultado que valga. Todo depende del equilibrio: entre lo que la tierra ofrece y lo que sabemos hacer con ello.

En Reversible creen en esa combinación. Por eso nace Terruar: vins i formatges de territori, una experiencia pensada para disfrutar con los cinco sentidos. El espacio se ha unido a dos nombres que entienden el producto como un lenguaje, para crear todo un planazo para los más foodies, o los que simplemente disfruten de las cosas bien hechas y con alma: por un lado, Jaume Jordà selecciona los mejores vinos naturales, y por otro, David Morera le acompaña con su afinidad de escoger los quesos artesanos de Artefor.

Jordà ha reunido seis etiquetas que no solo hablan de la tierra donde nacen, sino también del vínculo humano que hay detrás de cada botella. Hay opciones con burbujas, como el +9 Escumós Blanc Brut Nature 2n, blancos como Amor per la terra Cal Ros, un rosado con alma como el Viamic Amat Eco, y tintos intensos como el +9 Ai Mareta, capaces de acompañar a la perfección con cualquier tipo de queso.

Artefor no elabora simplemente quesos: los cuida y los deja madurar a su ritmo. David Morera trabaja con productores que respetan el bienestar animal y su alimentación, trato que se ve en el resultado final. Su afinación con agua de mar isotónica, extraída de forma controlada frente a la Costa Brava, es un detalle que cambia las reglas del juego, al ser algo casi inédito. De hecho, en toda Europa solo hay dos embarcaciones autorizadas para recolectar ese tipo de agua, y una de ellas está aquí, en Cataluña.

Para esta propuesta especial, Morera ha preparado una tabla con tres quesos muy distintos, pero que se entienden a la perfección: un curado de cabra que recuerda a los frutos secos tostados, un Tête de Moine AOP de vaca con notas florales, afinado en agua marina, y un queso de oveja madurado en aceite Cuadrat Valley, profundo y con un punto herbal que te atrapa.

Un plan sencillo, pero lleno de sabor: tabla de quesos artesanos, dos copas de vino natural y una mesa compartida. Todo ello, por 23 € para dos personas. Suena a planazo, ¿no? Puedes hacer tu reserva, aquí.