Puede que este paraíso de paladares cultivados quede un poco a trasmano, pero la verdad es que esto importa bien poco cuando nos sentamos a su mesa y empezamos a paladear cada una de las excitantes salidas de Éter. Y no, no estoy exagerando. Prueba y me dices.
El barrio de la Arganzuela hace músculo culinario con Éter, el sueño gastronómico hecho realidad de los hermanos Sergio y Mario Tofe, a los que recordarás por haber sido finalistas a Cocineros Revelación en Madrid Fusión. Pues bien, los Tofe siguen manos a la obra en su deseo de apostar todas sus fichas a una cocina muy de autor, muy de «vuélvete loco, porque se te va a ir la cabeza»», en este Éter que sabe a gloria (y a pinceladas de cocina francesa). Y es que ninguno de los dos olvida sus inicios en el negocio familiar regentado por mamá, La Touché France.
Unos inicios de lo más entregados a la cocina que pusieron la semilla de este árbol que ya va dando sus frutos (y echando raíces) entre técnicas depuradas, recetas de siempre y creatividad a la enésima potencia.
La escena gastro madrileña sigue evolucionando gracias a Éter, sus cinco mesas y una propuesta de lo más biodinámica, imparable y sublime
De este modo, entre poesía, referencias clásicas y muchas buenas ideas culinarias, Éter responde de manera íntima y al corazón a las necesidades de una clientela, de vuelta de todo, que quiere que le sorprendan. Un deseo que, a través de una propuesta contemporánea y de lo más sofisticada, se da por logrado cuando Mario (encargado de la sala) consigue hacerte sentir, al son de los platos de su hermano Sergio, que estás en el lugar indicado.
Porque si andabas buscando esa magia culinaria que, a veces, ha dejado de brillar, en Éter consiguen moldearla para ti y servírtela en un único menú degustación que cambia cinco veces al año y que al nombre de Thalate (del 15 de enero al 14 de marzo), Talo (15 de marzo a 14 de mayo), Auxo (15 de mayo a 14 de julio), Carpo (15 de julio a 14 de octubre) y Ouros (15 de octubre a 14 de enero) celebran la riqueza de las estaciones, los sabores del mar, las texturas de la montaña y el todo culinario en su conjunto. Una experiencia a la que te deberás entregar si quieres vivirla al 100%, si quieres darte cuenta cómo la música ambiente va cambiando según van dándose el relevo cada una de las fases de este menú brutal, que es joya paladeable.
