«Cuando llegues a Madrid, chulona mía, voy a hacerte emperatriz de Lavapiés y alfombrarte con claveles la Gran Vía y a bañarte con vinillo de Jerez», decía el famoso chotis dedicado a la capital del mexicano Agustín Lara. Todo un himno que ha sonado sin descanso estos días, cuando estamos a punto de despedir las fiestas de San Isidro. Para aquellos que se hayan quedado con ganas de exaltación madrileña, he aquí uno de los lugares más emblemáticos y castizos de la ciudad: Bocaíto.

A punto de cumplir 50 años, este veterano bar ubicado en la calle Libertad, en el barrio de Chueca, lleva desde 1966 sirviendo tostas y tapas combinando lo castellano y lo andaluz ajeno a las épocas y a las modas. Con motivo del mes de mayo, mes madrileño por antonomasia, presentan «Devora Madrid», una selección de sus raciones más populares. Desde el clásico que nunca defrauda, el bocata de calamares y alioli, a novedades de la carta como las patatas agrias, cortadas y hechas al momento y acompañadas de salsa brava casera Bocaíto.

Casi 50 años avalan a este rincón castizo y emblemático que reúne las raciones más tradicionales y populares de la cocina madrileña

Otra de los imperdonables es la mini cazuelita de callos con garbanzos, (la versión ideal para tomar barra, aunque también se puede pedir ración), cocinados a la antigua usanza, a fuego lento durante más de cinco horas con una materia prima exquisita. Tampoco pueden faltar el rabo de toro, servido deshuesado en su salsa, los huevos rotos o fritos, con jamón o morcilla y patatas fritas o una buena sopa castellana con ajo, jamón, pimentón, huevo y pan.

Estas raciones se pueden pedir por separado (entre 5 y 12 euros cada una) o en pack a modo de «paseo gastronómico» por el Madrid más castizo, y pueden maridarse con una selección de vinos de la región: tintos como el Grego-Garnacha Centenaria, Las Moradas de San Martín Senda, Féliz Martínez, El Regajal, el Tagonius o el de agricultura ecológica Qubel Nature o blancos como el Puerta del Sol.

Recomendamos darse un homenaje en la calle Libertad número 6 y experimentar las últimas líneas del chotis de Lara como si éstas estuvieran dedicadas a Bocaíto:

«y vas a ver lo que es canela fina 

y armar la tremolina 

cuando llegues a Madrid».