Seguramente, disfrutando de los puntos gastronómicos de una de las zonas más variopintas e indies de Madrid, Malasaña, más de una vez has pensado que nada podría alterar tu paladar más educado. Como sabemos que siempre das una oportunidad a lo culinario y no se te caen los anillos para desdecirte si hay un plato rico de por medio, te descubro La Bruta, un restaurante que, pese a su contundente nombre, se presenta como nuevo hotspot de carácter.

Los más modernos de Malasaña ya necesitaban un buen plato de cocina de siempre

Un proyecto en el que el chef Luis Alberto Ruiz Serrano mantiene un recetario tradicional pero con giros de olla muy interesantes. Un local diáfano y de aspecto industrial, de 150 metros cuadrados, en el que ya sea de picoteo o de distendida comida, los encuentros foodie serán un bucle a repetir en los próximos meses.

Restaurante que llega precedido por el reconocimiento de Aió, local italiano de los mismos propietarios, y en el que sus tres propietarios junto con Bushell plantean la carta a base de raciones y medias raciones para compartir. Variadas propuestas en la que a sabrosas croquetas de espinacas o cabrales, albóndigas de cordero o espectacular humus, se les suma su particular solomillo de buey  con mojo de avellanas, raviolis de rabo de toro o risotto de quinoa y calabaza se maridan sin mácula con cervezas como la König Ludwig Weissbier Hell o la Brutus the Beer.

La Bruta es tu parada absoluta en la castiza calle Pez, a partir de tu primera reserva. Si no me crees, haz la prueba.