Es importante, a la hora de elegir ese restaurante al que ir o en el que reservar, que tengamos muy claro qué es lo que nos apetece encontrarnos sobre la mesa. Un dato que seguramente no hayas pensado pero que evitará que, al pagar la factura o simplemente al estar saboreando tu primer entrante, no te entren unas ganas de dejarlo todo y huir despavorido dada tu ineficacia para poder elegir bien de entre tantas opciones buenas como existen. Con nuestra amiga Angelita, el nuevo restaurante de los hermanos Villalón, se acierta siempre.

¿No te apetece terminar la sobremesa a la carrera y buscar otro garito? A partir de las 17h, su bar Americano abre en el sótano donde poder disfrutar de los mejores cócteles del barrio

La calle Reina, donde geolocalizamos el local en cuestión, nunca estuvo tan bien acompañada y es que, si hay algo que saben David y Mario Villalón, es el atraer a un público curioso que quiere comer bien y consigue su meta. Los conocimos al hacerse cargo de otro local famoso por ser un lugar al que acercarse si echabas de menos esa comida tradicional y local, que acabaron traspasando para sorpresa de todos y cuya espinita se quitan ahora con Angelita, la nueva chica molona del barrio. Un lugar de carta pequeña y bien elegida y una brutal selección de caldos (25 referencias de vinos por copa y 500 por botella), que dejan embobado hasta al más entendido sibarita o al catacaldos y enteradillo del grupo.

Dividido en dos plantas, en la primera (situada en un primero), encontramos una cocina de mercado dirigida al acompañamiento líquido y donde las chacinas, quesos  y algún que otro plato suelto de la carta discurren por una barra en la que encontrar sitio libre resulta, a veces, complicado (no nos extraña); mientras que en el sótano, su bar Americano, descubrimos la zona en la que la cocina más internacional se fusiona con la selección de vinos y cervezas en perfecto maridaje. Una coctelería semiclandestina donde además Mario prepara unos cócteles que ríete tú de Chicote en sus buenos tiempos.

De la oferta gastronómica, que es rica y bien elaborada, decir que sería un tremendo pecado si no le hincaras el diente a sus espárragos de Tudela con kale, la ensaladilla rusa con jugo de langostinos y ese pisto made in productos de la huerta zamorana con unos huevos fundidos sobre un poco de grasa de tocino. Salivamos y todo por culpa de Angelita. ¡Tía, me molas mazo!