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Hace unos meses os presentamos con sumo entusiasmo el restaurante Solomillo. Situado dentro del Hotel Alexandra -en pleno corazón del Eixample barcelonés- destaca por su arriesgada propuesta culinaria centrada en la carne, y más en concreto en el solomillo como estrella de la carta, y en la charcutería premium. Todo enmarcado en un ambiente estético muy cuidado, y liderado por el buen hacer del chef madrileño Enrique Valentí. Un paraíso para los amantes de la buena carne y del embutido, que ahora también podréis encontrar en el Patio.

Un nuevo reducto de paz y gastronomía (anclado, como su hermano Solomillo, también dentro del mismo hotel), donde poder comer tranquilamente al aire libre, rodeados de exuberante vegetación. Una versión más distendida y afable, que resulta ideal para disfrutar durante esta temporada estival sin preocupaciones ni horarios, ya que cuenta con cocina ininterrumpida de 10:30 a 1:00 de la mañana.

Como buen patio de Eixample que es, allí uno se puede esconder del gentío, desconectar, mirar al cielo y evadirse del mundanal ruido

Y es que, al entrar en el Patio, uno nota en seguida esa tan necesaria y grata sensación de relax y desconexión mental; porque, aunque situado en pleno centro neurálgico de la urbe (entre Passeig de Gràcia y Rambla Catalunya), como buen patio de Eixample que es, allí uno se puede esconder del gentío, desconectar, mirar al cielo y evadirse del mundanal ruido. En gran parte, el culpable de esta grata sensación sea José Farriols, quien ideó y diseñó un cuidado entorno donde las plantas se entremezclan con detalles en piedra en las paredes, que aportan sensación de frescor, y con las pérgolas de madera que dan la tan buscada sombra.

Qué mejor plan para pasar el verano en la ciudad, que disfrutar de una buena carne de primera calidad, con la marca culinaria del Solomillo, y hacerlo además, en un lugar tan especial. Y ojo que su precio es más que asequible -sobre todo cuando hablamos de materias primas tan selectas- ya que por unos 30 € aproximadamente, en el Patio se puede degustar un corte de 125 gramos de solomillo, con una guarnición a escoger, con múltiples salsas con las que deleitarse y la bebida, y quedarse realmente satisfecho. Aunque si se quiere alargar la sobremesa, no dejéis de probar sus cócteles de autor combinados con alguno de sus suculentos postres. Tienen una más que atrayente carta.

 

 

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