Simplicidad en estado puro es lo que, en muchas ocasiones, pedimos a nuestras comidas del día a día. La sofisticación y la experimentación están muy bien, el minimalismo también puede estarlo en algún momento pero nuestra rutina dicta las normas y es normal que a la hora de elegir un restaurante donde volver, volver y volver (en el caso de no habernos preparado el tupper diario), elijamos aquellos cuyo punto fuerte sea su capacidad para darnos de comer bien, rico y saludable. Sin duda, ponemos rumbo a Abolea.

En los límites de Malasaña, casi lindando con San Bernardo, es desde donde nos recibe Abolea, un restaurante que tiene en los negocios locales y los productos de temporada el hueso de este proyecto diferente que mantiene, además, en la gastronomía sana su razón de ser. Un espacio tan instagrameable que te hace entrar en éxtasis y donde sus boles y tostadas se convierten en la especialidad de la casa.

Boles de materias primas frescas que van cambiando con las estaciones y tostadas saladas o dulces que poder degustar desde el desayuno hasta la cena sacan nuestro yo más healthy, nuestras ganas de volver a ser saludables

Rus Anson y Antonio Gavilán se convierten en los anfitriones de este local cuyo sentir más profundo se inspiró en el healthy way of living de los americanos de Venice Beach o Santa Mónica. Cocina de equilibrio entre tanta oferta de caña y tapa y donde dejar que pasen las horas mientras nos sentimos como en casa.

Un Abolea cuyos platos rebosan variedad y mucho colorido suponiendo el añadido perfecto a unos sabores que nos roban el corazón. Así, su crema del día, hummus tradicional o de remolacha, guakalemole, burrata con boniato asado, revuelto de verduras de temporada, burrito de huevo revueltos con pavo braseado, bagel con bacon y huevo, falafel burger o hamburguesa de carne ecológica de ternera de Cuerda Larga son el anticipo de cualquiera de sus ya famosos boles con todos esos ingredientes que te hacen sentir en puro proceso detox. Propuestas gastro que se completan con cualquiera de sus zumos, limonadas, batidos, cafés, cervezas artesanas o combinados que no te hacen saltar tus buenos propósitos y te obligarán a tener que volver a visitarles a no mucho tardar. ¡Qué gustazo!