Siempre hablamos de la cocina vasca, andaluza, gallega, madrileña o catalana como los principales dialectos (entre otros) en los que habla la gastronomía española pero ¿y la manchega? ¿Acaso no merece ese recetario tan revisitado en El Quijote, su espacio en la capital, su hueco entre tanto local de cocina de autor? Adunia se encarga, al fin, de situar La Mancha en el mapa culinario madrileño y ya se sabe que de ahí, al cielo.

Localizado en el número 56 de la calle General Pardiñas y con el maestro Manolo de la Osa tras sus fogones, Adunia (que significa “en abundancia”) recoge los mejores sabores de la tierra, sus combinaciones más y menos conocidas, la calidad de sus productos y el bagaje propio de un chef cuya identidad curtida en Las Pedroñeras es aplaudida allá por donde va para ofrecérselo al cliente que busca en la gastronómica autonomía, la sorpresa de la propia tradición.

Tanto si quieres disfrutar de sus platos de carta como si lo tuyo es la informalidad de las raciones, su salón Gastronómico y su sala El Zaguán responden a tus deseos comidistas

Una cocina de autor que no se salta ni un precepto a la hora de ejecutar las recetas de toda la vida y que incluye su giro particular en platos que el amante de la cocina no se espera. Un referente en la cocina patria que saca el mayor jugo a una cocina sabrosa que además es tremendamente vistosa en plato y donde la carta impacta por perfecta disposición y elección.

De esta manera, platos como su ensalada de perdiz roja sobre estofado frío de legumbres y setas; ajoarriero ligeramente ahumado con huevas de arenque y jugo de perejil; setas de temporada con escalope de foie gras y jugo de perdiz trufado; merluza del Atlántico con acelgas salteadas, buey de mar y jugo acidulado; lechona confitada en su grasa con puré de membrillo; brazuelo de cordero lechal asado con patatas mortero y pimientos rojos; buñuelos de atascaburras; pisto manchego con migas de bacalao; sopa de ajo o gyozas de morteruelo encogen el romántico corazoncito del foodie más entregado a la causa que pide no llegue jamás la hora del café  para que continúen saliendo platos de cocina.

Una aventura solo apta para profesionales. Dirigida a aquellos que saben valorar lo bueno y conocen al dedillo el buen hacer manchego. En caso de no hacerlo, revisitar El Quijote y experimentar con De la Osa está altamente recomendado. Me quito el sombrero.