Pese a que el cebiche se haya convertido ya en un básico de las cartas de los restaurantes más selectos, lo cierto es que hubo un tiempo en el que este plato en crudo y macerado para resaltar sus más pequeños sabores era un absoluto desconocido en nuestras cocinas. Gracias a la labor del chef y maestro innovador entre fogones Gastón Acurio no solo comenzamos a hablar de este ya tradicional plato sino que empezamos a conocer que existía una alta cocina peruana a la que no debíamos perderle el ojo. Una gastronomía que encontraba en el restaurante A&C Marid, su particular embajada de sabores.

Vivir la experiencia A&G Madrid es empezar con un Pisco Sour en su acogedor lounge

Con un equipo en sala que se remonta a 2007 (Miguel Novoa) y una cocina a las órdenes del no menos experimentado Percy Álvaro, la propuesta informal que rompe con su anterior etapa mucho más encorsetada, es de una calidad que desmonta. Un cambio que para A&G Madrid ha supuesto un antes y un después en la manera en que nos permite acercarnos a la idiosincrasia gastronómica de Perú. Una mirada contemporánea a ese producto y técnicas que alcanzaban gran sabor, sofisticación y un claro mestizaje de texturas, olores, sabores a los que no poder resistirnos.

Un restaurante de sobria decoración a dos alturas que cuenta con salón privado con terraza y sala con una capacidad para 40 personas, los elegidos diariamente a degustar una colección de platos que viran entre la gastronomía chifa (chino-peruana), la nikkei (japo-peruana) y novoandina (hispano-inca).

Platos como su cebiche de bote, el tiradito apaltado, el tartar de quinua y atún, el anticucho clásico, la gallina marina, la corvina chifera, el seco de cabrito, la terrina de cochinillo o postres como la mazamorra o los picarones no solo no dinamizan una carta ya de por sí variada sino que le dan la vuelta a una serie de recetas tradicionales que interpretan como pocos.

Una tradición que en ningún momento se pierde puesto que la autenticidad en cocina y ese gusto por agradar al cliente apostando por una serie de propuestas contemporáneas (poseen dos menús degustación), dan como resultado una sobremesa absolutamente entregada a los orígenes, el éxito de la tan bien trabajada innovación de Acurio.