Qué mejor momento, ahora que ha empezado el verano, para disfrutar de la vida más callejera a golpe de pateo bueno. Paseos por Madrid con los que salir de nuestra zona de confort en busca de esos hotspots que nos llenen y sorprendan como hace tiempo que no consiguen. El restaurante Alamillo parece que apunta maneras. F: Cortesía de Alamillo

Alamillo recoge el éxito de la ya famosa Taquería Del Alamillo y te propone un oasis mucho más sosegado

Tanto si vives en el puro centro como si lo tuyo es dejarte caer de vez en cuando por él, sabrás que La Latina es la mejor zona para hacer nuevos descubrimientos. De ahí, que nos topemos con el restaurante Alamillo, una taquería de fachada que entra por los ojos e interior sobrio, pero con guiños del país hermano, que no se aleja mucho de la plaza de la Villa y donde, aunque no seas mexicano, te hacen sentir como en casa. Un negocio que surgió de los éxitos que recogieron de la primigenia Taquería del Alamillo (a escasos metros), que les permitió abrir un segundo local pero con un giro en su cocina.

Pura gastronomía mexicana en un ambiente no tan bullicioso y loco, pero con la misma esencia y rotundo sabor que los platos del original. Un recorrido a través de esos matices que hacen tan celebrada la cocina azteca y que siempre sientan bien, siempre cuadran y siempre resultan un tanto a tu favor. Un Alamillo en el que ya comas sus tacos al pastor, untosos guacamoles, su alambre especial de pollo, molcajetes, chile poblano relleno de un guisado de picadillo y frutas, enchiladas o quesos fundidos, las quesadillas o el famoso (y muy vistoso) mole, saldrás más que satisfechx y con ganas de más. ¿Dulce? Pídete la Tres Leches y no te olvides de sus crepas de cajeta (dulce de leche, para que nos entendamos). Un tequila o un mezcal y ya estaría.