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Raquel Bueno

Creedme cuando os digo que este nuevo hotspot es tan bueno que, si no fuera por nuestro compromiso periodístico, me lo guardaría enterito para mí. Y es que el nuevo Baldomero no es un restaurante cualquiera, nada más lejos de la verdad. Este nuevo place to be barcelonés, que se esconde en el Passatge de Mercader como si un juego de niños se tratara, es ni más ni menos que una casa de campo en medio de la ciudad. Querrás quedarte a vivir en ella. F: Todas las imágenes por Raquel Bueno

Toda la comida que se sirve en Baldomero es casera, elaborada con el máximo cariño e ingredientes de proximidad y de temporada

Teñido de un intenso color rosa pastel, este oasis urbano emana un profundo aire retro y rústico, y transmite una profunda paz. Abierto de lunes a viernes para desayunar, comer, tomar el té y lo que surja; este refugio se viste del verde de la clorofila y se deja invadir por una luz suave y cálida a medida que avanza el mediodía. Cuenta, además, con algunas de las revistas independientes más interesantes del panorama actual, una debilidad personal con la que os aseguro que ya me han ganado, y el complemento perfecto para quienes desayunan sin compañía.

Toda la comida que sirven es casera –puede que incluso mejor que la que cocinaría tu abuela–, elaborada con el máximo cariño e ingredientes de proximidad y de temporada: te entrará por los ojos y te conquistará a través del paladar. Comfort food en su máximo exponente, aunque pueda parecerlo a primera vista no es ningún tipo de buffet. Eso sí, todos los platos del menú diario están a la vista y puedes seleccionarlos y mezclarlos a tu antojo, de la mano de un servicio impoluto que reforzará ese sentimiento de home away from home

Los must: sus Zanahorias asadas con jarabe de arce, harissa y lima, la Quiche de Tomates y la Tarta de pistacho

Entre su oferta gastronómica, que varía a diario y respeta siempre al máximo el producto, se encuentran propuestas tan suculentas como su Ensalada de lentejas, feta, pasas y espinacas; su Ensalada de remolacha con yogur, ajo asado, naranja y semillas de cilantro o sus Puerros asados con yogur y garbanzos con especias. Los must: sus Zanahorias asadas con jarabe de arce, harissa y lima, la Quiche de Tomates y la Tarta de pistacho, el guilty pleasure perfecto para poner la guinda a una comida excepcional. Aunque bueno, de guilty nada, que ya nos vamos conociendo.

Sirven también donuts de La Donutería, el café es de Nomad Coffee –un clásico tostado en Barcelona–, y es el único sitio de la ciudad donde he encontrado la mejor leche de avena del mundo mundial (lo juro, no exagero): la clásica Oatly, pero en su decadente Barista Edition. Un plus que reafirma su potencial como estrella de la escena gastronómica y del café de especialidad de la ciudad, que deberías corroborar en primera persona. Y un consejo: presta especial atención a los detalles. 

Este remanso urbano, que va más allá de lo Instagrameable y apenas lleva abierto un trimestre, tiene todas las de ganar para convertirse en el enclave más codiciado de la Ciudad Condal, a un precio más que razonable y apto para la gran mayoría de bolsillos. En Baldomero todo queda en familia y, desde aquí, ya estamos contando los días para volver. ¡Salud!

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