Es raro que con lo que nos gusta comer en un italiano, no hayamos estrenado este nuevo año en uno. Por eso, ponemos fin a esa ausencia de buenos hidratos de carbono en vena, poniendo rumbo a Boccondivino, uno de los restaurantes italianos en Madrid más postineros, que reabre sus puertas en una especie de segunda vuelta que nos deja sin ganas de pestañear. F: Cortesía de Boccondivino

En la antigua Capitán Haya, ahora Poeta Joan Maragall, nos reencontramos con un viejo amigo que hizo las delicias de su clientela hace más de una década y que por caprichos del destino tuvo que cerrar para emprender otros proyectos. El chef Ignazio Deias vuelve rampante donde lo dejó en 2011, pero con un Boccondivino mejorado y mucho más maduro. Una propuesta totalmente brillante donde la materia prima y las opciones a elegir se van actualizando cada dos semanas, permitiendo que la experiencia en mesa sea de todo menos poco original.

Cerdeña y Piamonte se convierten en las dos coordenadas que el chef Ignazio Deias exprime para crear la propuesta gastronómica de un Boccondivino que ha vuelto para recuperar esa huella que dejó

Así, Boccondivino se erige como un clásico renovado que aspira a convertirse en adalid de la causa italiana más puntera, alta cocina en su estado más auténtico. Un proyecto perfilado hasta el más mínimo detalle por este sardo exigente que lanza una apuesta más que segura por la gastronomía más casera que puedas encontrar y esos sabores sencillos pero potentes que tan difícilmente vamos a poder olvidar.

Porque complicado sería no recordar sabores como el de su auténtica mortadela de Boloña, la burrata de Puglia, ese carpaccio de solomillo de ternera que se deshace en la boca, las lonchas frías de ternera asada con mahonesa de atún, el conejo marinado a la piamontesa, el pulpo guisado con tomate y aceitunas, las albóndigas de bacalao y limón, su guiso agridulce de berenjenas y verduras al gusto del chef o ese otro guiso caliente con coliflor y salchichas. Matices culinarios que regalan al paladar un verdadero subidón, que no decae en otras opciones como sus impresionantes platos de pasta (linguine, paccheri...) o sus remarcables risotto y rabo de vaca vieja (deshuesado) guisado como en Roma. ¿No te olvidas de la parada dulce? ¡Cómo nos vamos a olvidar del tiramisú! No te puedo dar más explicación. ¡Volverás!