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Bru Romero

No hay cosa que más nos guste, desde el punto de vista gastronómico, que una apertura y es normal que con tanto nuevo local en la capital no nos hubiéramos dejado caer aún por uno de los puntos más calientes de la ciudad: Burgundy, el cuarto y último local (por ahora) del Grupo En Copa de Balón. Resolvemos el problema y nos entregamos a la causa que es más que atractiva, sabe aún mejor y nos deja un contundente regusto al paladar.

Los chef David Marcano y Randy Lucas ejecutan a la perfección la sofisticada, democrática e interesante propuesta del Grupo En Copa de Balón

Situado en plena zona comercial del cada vez más moderno e interesante barrio de Salamanca y a los pies del Hotel Gran Meliá Fénix, Burgundy nos recibe en lo que fuera la atractiva barra  del restaurante Caray que ahora cambia de nombre y propietario y sitúa al chef David Marcano como diseñador de su carta y a Randy Lucas como chef al frente del restaurante a diario donde la variedad, la calidad, la vanguardia y la sofisticación son sus mejores bazas.

Un local que haciendo referencia al color rojo oscuro del tinto Borgoña, a los grandes caldos que allí se sirven y de los que también son distribuidores que conforman una envidiada carta a la que pocos nombres le faltan y que está a la altura de unos platos sencillos pero con profundidad en boca.

Opciones como el ceviche de corvina salvaje con boniato y maíz cancha; terrina foie de la casa con gelée de vino dulce y pera a baja temperatura; ensalada templada de bogavante con bulbo de hinojo y manzana Smith; lasagna de berenjena con bechamel suave y bolognesa; gunkan con zamburiña y huevas de tobiko; pichón en dos cocciones  con calabaza confitada y aliño agridulce; paletilla de cordero lechal con chalotas al vermut y tarta fina de patata; lomo de atún frito a la plancha con demi-glace de verduras de temporada o los chipirones en su tinta según la receta tradicional vasca que maridan hasta la magnificencia con los blancos, tintos, rosados o espumosos de un Burgundy por el que debemos pasar, al menos, cada 15 días no vaya a ser que nos perdamos algo.

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