Si hay algo que no podemos negarle a Madrid son esas cervecerías de toda la vida. Casas donde semana tras semana su fiel clientela y las nuevas juventudes que no se resisten a perder esas tradiciones ociosas de antaño de departir con amigos, familia y rolletes hasta que el camarero saque la escoba para cerrar, se dan cita para envidia de esos otros puntos más cool pero que carecen de ese sello de autenticidad. Hablamos de El Brillante, El Palentino, El Doble, Casa Amadeo (Los Caracoles), Bar Iberia, Casa Alberto, Casa Revuelta o el Benteveo. También Casa Ciro, mucho más que una simple cervecería.

Localizada en el barrio de Chamberí, quizá los más locales se preguntarán por qué situamos a Casa Ciro al nivel de otros míticos establecimientos de años en la capital si su historia se limita a un par de años atrás. Pero es que traspasar la puertas de esta nueva taberna es sentirse como en aquellas casas de comidas de nuestros abuelos.

¿También eres amante del buen vino? Sus más de 25 referencias y su vino Pago de Ritos, el que viene de sus viñas en Aldea del Fresno, son su baza mejor jugada

Un lugar castizo, sueño de los hosteleros Senén Alcalde y Sergio Rayo, que retomando lo intrínseco de las cantinas de siempre que basaban su ideario gastronómico en el producto por el producto. Materias primas sin mácula para amantes del tapeo en su máxima expresión que convirtiéndose en un claro puente entre la costumbre y lo contemporáneo alegra al día a todo el mundo.

Un place to be que huele a rico y sabe aún mejor, que homenajea al abuelo Ciro Alcalde a base de buenos platos sobre la barra y sabrosos caldos en copa y no escatima en nada. Clásicos encurtidos que gustan a cualquiera, combinados con esas tortillas de patata, albóndigas y croquetas que ruedan de mesa sin descuidar una ración de chipirones que te enamoran al primer bocado, una carrillera que no le salta ni el más tonto o unos arroces (probad el a banda con almejas o el de morcilla, setas y espárragos) que ponen la puntilla a un garito nuevo pero que rezuma aires de otra época y donde el servicio ha situado el nivel tan alto que todo lo que venga después nos parecerá poco.

Una Casa Ciro que sabe dar la bienvenida al curioso, afianzar al fiel y ganarse el respeto de cualquier sibarita de pro que se sienten como en casa en este local puesto bonito por los Madrid in Love que no hacen otra cosa que servir de impecable marco a un contenido que se vende solo.