En muchas ocasiones nos hemos encontrado con restaurantes en los que, aún teniendo una carta de lo más variada, siempre existe una especialidad que nos hace repetir y repetir hasta la saciedad. Unas energías puestas en un solo producto (o en varios, de tener varias especialidades) que los convierten en maestros en lo suyo y toda una referencia si queremos disfrutar del plato en cuestión. En Coquetto pasa un poco eso, y en su versión delivery, CoquettoGo sigue con la tendencia. F: Cortesía de CoquettoGo

CoquettoGo es la respuesta de la familia Sandoval a esta nueva normalidad; que hace olvidar, por un rato, los malos momentos

Desde el momento en que los hermanos Sandoval (con Mario a la cabeza) llegaron a Madrid (no a Humanes, pueblo de Madrid donde nació su casa madre, Coque), todo ha sido un encadenar éxito tras éxito. El último, el año pasado, donde más allá de querer seguir manteniéndose en el top de las grandes cocinas nacionales quisieron demostrar que lo mismo sabían defenderse en grandes infraestructuras que en otras más humildes. De este modo nacía Coquetto, un local de 120 metros cuadrados en los que el espíritu familiar de su Coque no se perdía y se escuchaba a un barrio que también tiraba, muchas veces, de menú. Un Fortuny 2 mítico que cambiaba su nombre y se convertía en poco tiempo en el sueño gastronómico más humilde de Mario y compañía, un precioso velero a modo de bistró, casa de comidas de lo más madrileña.

Pero los tiempos cambian a la velocidad de la luz y, si parecía que nada ni nadie podía llegar a cambiar nuestra hoja de ruta, aparece una pandemia y lo desbarajusta todo. Gracias a la COVID-19, Coquetto ha demostrado que no solo puede aguantar los embistes de la más terrible actualidad, sino que se sabe adaptar a las nuevas necesidades. Con CoquettoGo, su versión delivery, ha dado cuenta de ello.

Su propuesta de platos principales y guarniciones, servidos al vacío, no solo ha revolucionado sus cabezas sino que les ha hecho apuntarse el tanto. Solo basta probar su ajoblanco, su gazpacho o la crema de mango para empezar con buen pie. Luego, seguimos con su jarrete de ternera, la costilla de ternera glaseada o el cochinillo, su especialidad, una cosa tan crujiente y deliciosa que es digna de probarla alguna vez en tu vida. Patatas gajo, purés de patata y ensaladas completan el servicio. ¿Postre? Su pastel de limón o la milhojas convierten la experiencia en sublime.