Si hay una pega que le podemos poner al centro es que el boom del turismo (gracias, en parte, al auge del comercio low cost) ha permitido que numerosas franquicias gastro hayan superpoblado la zona para dar de comer a esas hordas de fanáticos fashionistas que entre tienda y tienda necesitan repostar algo de #foodporn. Aperturas masivas que han dejado poco espacio para esos bares y restaurantes de toda la vida donde hacerse con un plato de comida tradicional. Aún así, aún nos agarramos a negocios como Cubiertos de Gloria, que saben cómo enfrentarse al enemigo. F: Todas las imágenes cortesía de Cubiertos de Gloria

Si sigues pensando que la cocina es una ciencia que requiere paciencia, tu parada en Cubieros de Gloria es absolutamente necesaria

Un local que, situado en La Latina, llama la atención por enorgullecerse de un recetario de lo más casero y conservador, de platos de toda la vida hechos con mimo y donde el detalle es el mayor ingrediente. Un lugar castizo, como ya pocos, donde la cocina se elabora a fuego lento, se saborea con gusto y las digestiones son muy pero que muy agradecidas.

Un enclave (muy rollo años 50) que, haciendo esquina con la calle Toledo y en dos plantas, vuelve a situar al Grupo Mambo como abanderado de una gastronomía que cuida los sabores y texturas más populares gracias a su interés y amor por el bullir de aquellos mesones de antaño que eran una fiesta.

Un Cubiertos de Gloria que nos devuelve a la tendencia más tasquera sobre la mesa y que con una carta de lo más variada y vinos al gusto del cliente, nos ofrece una experiencia que repetir y repetir. Y es que platos como sus croquetas de cocido, buñuelos de bacalao, taco de panceta confitada, carpaccio de manitas de cerdo, cocido madrileño, callos a la madrileña, rabo de toro estofado, chipirones a la plancha, rape a la bilbaína, bonito en escabeche, flores de alcachofa o crujiente de pulpo de roca no pueden ser disfrutados (como bien merecen) de una sentada, siendo necesarios más de un vuelco, si hablamos en términos gastronómicos.

¿De postre? Todo muy casero, muy típico, muy clásico. ¡Cómo vas a disfrutar!