El tiempo nos da la razón y, cuatro años después de que descubriéramos El ‘Bar’, volvemos a hablar -y muy bien- de este necesario restaurante, situado una zona colindante al siempre atestado Sant Antoni. El nombre del lugar, entrecomillado a posta, deja entrever que aquí nada es lo que parece. En ‘El Bar’ se toman las tapas de toda la vida y los clásicos de nuestra gastronomía, y se actualizan y mezclan con la comodidad y el servicio de un restaurante de toda la vida. Los mismos que invitan a largas sobremesas mientras el mantel, ahora presente en todas sus mesas, que toma personalidad a medida que desfilan platos y se descorchan copas de vino.

El lugar no cierra hasta que el último cliente lo decide, algo muy de agradecer en los tiempos que corren

El ‘Bar’ tiene una barra a dos niveles y pocos taburetes, media docena de mesas  y paredes forradas con periódicos de los ’70. Hasta aquí, todo en orden. Además, el lugar no cierra hasta que el último cliente lo decide, algo muy de agradecer en los tiempos que corren. La sorpresa viene cuando uno cae en la cuenta de que tanto la carta como el servicio son los propios de un restaurante de toda la vida con los tics que ello implica -algo muy de agradecer en los tiempos que corren, en los que el buen trato parece un extra por el que clamar al cielo-. Eso sí, siempre a un precio razonable, pues rara vez pagarás más de 30 euros por una comida o cena, siempre dependiendo del apetito y del vino con el que se maride el asunto.

Los culpables de dar vida a esta rara avis en el mundo gourmet son el chef Ramón del Río y del sommelier Sergi Jiménez

Los culpables de dar vida a esta rara avis en el mundo gourmet son el chef Ramón del Río -formado en restaurantes como Chalet Suizo de Ciudad de Panamá, Can Jubany, Gaig o Cal Matías en Subirats, entre otros- y del sommelier Sergi Jiménez, del ya desaparecido y aclamado Colibrí, un personaje que anima las veladas con su cháchara vinícola, pero que también sabe opinar con criterio sobre lo que se sirve en la mesa.

La carta de El ‘Bar’ puede presentarse como el claro paradigma de la actualización de las tapas de toda la vida. Para que te hagas a la idea, aquí las bravas de siempre se sirven con zorza de Ourense -uno de los platos estrella del lugar-, los mejillones se cocinan con escabeche casero y la tortilla se prepara con parmesano y albahaca, lo que le confiere una personalidad única al paladar. Aunque, si algo nos dejó sorprendidos para bien, fueron el gazpacho de cerezas y la vieira con yuzu y alzas, platos que se han incorporado esta temporada.

Hay que tener en cuenta, pero, que no todo va de tapas en El ‘Bar’. El menú también cuenta con una sección que ellos llaman platos de ‘resistencia’, cuyo objetivo es saciar a los más hambrientos. Aquí encontrarás delicias como el arroz meloso carnaroli con gambas de Palamòs y alcachofas; el morro de bacalao con puré de manzana y lima y mini verduritas; el tataky Blue Finn con aceite de sésamo y mango; o la terrina de rabo de buey con cremoso de patata a la vainilla.

La carta de El ‘Bar’ puede presentarse como el claro paradigma de la actualización de las tapas de toda la vida

Aunque parezca imposible ceder, es imprescindible llegar con algo de hambre a los postres. Podrás probar la macedonia cocinada con zumo de naranja sanguina y vainilla; o la torrija de brioche al café con helado de nutella, una delicia a la que pocos podrán resistir. No obstante, uno de los hits de la casa es su carro de quesos, que conseguirá llevar al séptimo cielo a los amantes de este lácteo, bocatto di cardinale sin precedentes cuando se eleva a la órbita de ‘El Bar’.

No está de más saber que, de lunes a viernes, cuentan con un menú ejecutivo cada mediodía por 22€.