Acostumbrados nos tiene el pleno centro de Madrid a llevarse el monopolio de aperturas de nuevos garitos de restauración. Zona bulliciosa donde las haya, parece que no existan 1.001 destinos donde proceder a reservar y que no tengan que remitirnos al mismo enclave. ¿Huir de la algarabía comercial? No, simplemente innovar y no dejarnos llevar por el rebaño, marcándonos ese restaurante no tan mainstream y que nos quita el hipo con los primeros entrantes. ¿Quieres conocerlo? 

Situado en el número 80 de la calle Velázquez y perfilando la nueva manera de disfrutar del ocio que tiene el antes añejo barrio de Salamanca, encontramos El Gordo de Velázquez, punto de encuentro de aquellos que buscan vanguardismo y precios asequibles, sin perder ese toque de clase que pide la ocasión.

Los que pensaban que comer en una de las zonas más caras de Madrid era prohibitivo que pasen por El Gordo y se dejan llevar por sus platos donde primeras materias primas y precio, no están regañados

El chef José María Ibáñez, formado en Jockey o en mano a mano con Pedro Subijana, se aventura a mantener los caldos y fondos como la base del sabor de la cocina tradicional que ofrece sobre la mesa, provocando que lo sencillo torné en totalmente exclusivo. Una seña de identidad que ha revolucionado el barrio y ante la que corren los más entregados foodies, sabiendo que el éxito está más que emplatado.

Picar sus colas de cigala en tempura, paladear su tartar de tomate con crema de tortar de El Casar, recordar sus canelones trufados como los de ‘Semon’, volverse loco con su pulpo a la brasa sobre patata confitada y ajada, renovar los votos con los callos como los de ‘Jockey’ y deleitarse de una sobremesa perfecta a golpe de cuchara y tarta de chocolate crujiente son solo alguna de las excusas por las que, por fin, ser infiel al pleno centro, para perdernos por otro vecindario en alza gastro, si cansados estamos del bullicio espumoso de la zona de Madrid que jamás duerme.