Nos encanta comer, nos encanta hacer planes donde poder dejarnos a la sorpresa gastronómica y, lo más importante, no nos gusta aburrirnos en la aventura gastronómica. Hemos probado las mejores carnes, los más ricos pescados, los más placenteros paraísos del hummus o las más sabrosas mecas del ceviche, pero hoy nos apetece comida 100% orgánica y un plan alternativo, para saltarnos a la torera aquello de lo políticamente correcto para celebrar que hay más propuestas culinarias que día tiene un año y que no debemos dejar que vayan pasando las temporadas sin dejarnos caer por sitios como El Huerto de Lucas, donde hoy nos rechupeteamos.

La doctora Pilar Muñoz Calero, de la Fundación Alborada, es la cara visible de este proyecto verde y sostenible llamado a ser la meca de las actividades eco en la ciudad

Situado en el renovado barrio de Salamanca (aunque también encontramos sede en el barrio de Malasaña), el Huerto de Lucas se abre a nuestro paso como un lugar donde lo orgánico y lo ecológico van de la mano. Productos a los que quizá no estamos tan acostumbrados pero que nos ganan en el aperitivo, seducen en los primeros platos y crean con nosotros toda una relación de amor en segundos platos y postre. Local situado en Arbórea, centro del estilo de vida sostenible y la comida fresca y sin tapujos que más se parece a un huerto, como bien indica su nombre, el nuevo garito de moda en la ciudad ahora se reinventa con nuevos platos y una oferta mucho más puntera que hace un año. Un punto de encuentro de plantas colgantes, mucha luz, música en directo (en ocasiones), donde se nos da de comer de manera espléndida. Además, la tienda orgánica da rienda suelta al espíritu más sostenible.

Un mercado de barrio en el que todo está listo para demostrarte que hay vida más allá de los productos con los que alimentas tu rutina y donde los alimentos a granel, frescos del día y envasados son las estrellas del garito. Un espacio donde olvidarte del desconcierto exterior y relajarte entre smoothies détox, burgers de ternera, dips de berenjena o guacamole, ricas propuestas veganas como los falsos fideos de calabacín con pesto de anacardos, sus lubinas eco para aquellos que no tengan ninguna objeción y tartas (la de zanahoria es gloria bendita, ojos en blanco) o cafés ecológicos. Un planazo de esos con los que dejar haciendo la boca agua y el espíritu healthy con ganas de más y una propuesta más que apetecible para esta primavera que, aunque aún tímida, hará que tus ganas por respirar verde sean un básico de tus menús a partir de ahora. Un lugar donde, si te cansas de comer, puedes ir de compras sin traicionar al nuevo estilo de vida con el que interactuar.